Sepultan a los 11 asesinados de una familia de la sierra de Chilpancingo
ACAPULCO, Gro., 9 de diciembre de 2023.- Al menos mil 200 personas pasaron la noche en la vía pública, con la esperanza de recibir los enseres doméstico que entrega el Ejército en la zona Diamante, por parte del gobierno federal para los damnificados del huracán Otis en el puerto.
Al amanecer se observó una fila de al menos dos mil beneficiarios, quienes pasaron la noche en la banqueta del bulevar de Las Naciones, en una fila que iba del estacionamiento donde entregan los enseres, al centro comercial Home Depot.
Desde la última entrega de enseres a 80 personas a las 19 horas del viernes, vecinos de cuatro colonias aledañas al sitio de distribución, se organizaron para numerar a quienes pernoctaron allí e impedir que otras personas adelanten sitios.
Los habitantes cerraron con candado la endeble pluma del extinto centro comercial de la zona Diamante.
El vaivén de personas comenzó después de las 21 horas a bordo de carros, motos o a pie, para dejar a sus familiares para llevarles zarapes, colchas, lonas, sillones o almohadas.
El tránsito en la vía era constante hasta la media noche, ante la movilidad de más de mil personas que durmieron en la vía pública.
Las luces navideñas de las recién sembradas plantas del camellón brillaron durante la noche.
La madrugada transcurrió con lentitud, ya que los pasos de quienes buscaban sanitarios, cena o plática entre vecinos despertaba a quienes se habían envuelto en sus zarapes.
El estacionamiento de las oficinas gubernamentales de la Promotora Turística de Guerrero (Protur) se convirtió en un enorme dormitorio; lo mismo que la banqueta de la vía en un tramo de casi un kilómetro de longitud.
Entre las vicisitudes que han sorteado quienes esperan en la enorme fila están los malos olores, porque los baños de las plazas son insuficientes para brindar servicio a los usuarios, o no hay agua, por lo que utilizan los terrenos baldíos e incluso parte de la barda perimetral ante la falta de baños o letrinas públicas.
Asimismo, batallaron con los zancudos y la amenaza de contraer dengue, el ruido de encarrerados camiones de carga.
Al transcurrir la madrugada, y a partir de las 5 horas de este sábado vendedoras ofrecían algunos productos: “¡Cafe! !Café negro!” “¡atole de arroz!” “¡sandwiches!”
Entre las charlas matutinas que se escucharon de algunos vecinos estuvo aquella en la que les costaría mil 500 pesos el contratar a un apartador de lugares en la fila para canjear un vale, por lo que celebraron haber pasado la noche fuera de sus casas.
No obstante, permanece la amenaza de que otras personas se entrometan y adelanten lugares sin haberse esforzado por cambiar sus vales de enseres.