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CHILPANCINGO, Gro., 21 de agosto de 2025.- El director del Centro de Derechos Humanos de La Montaña Tlachinollan, Abel Barrera Hernández consideró que la masacre de 13 integrantes de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), en Ayutla, se debe al descuido de las instituciones de seguridad y porque las autoridades dejaron crecer a los grupos criminales en las regiones indígenas de la entidad.
En entrevista vía telefónica, Abel Barrera denunció que en varias zonas de Guerrero, los grupos de poder caciquil se han aliado con las empresas mineras transnacionales y pretenden apoderarse territorios para el saqueo de oro y recursos naturales, principalmente en las regiones de Costa Chica, y La Montaña.
Afirmó que la violencia que ha ocurrido en pueblos y zonas indígenas, tiene que ver con la pelea entre los grupos de poder factico y, pone en evidencia que las autoridades han bajado la guardia, porque no se ve una estrategia para atender los reclamos de la población y a pesar de los cambios que se han hecho en los mandos de la Secretaría de Seguridad y de la Guardia Nacional no se ven resultados de disminución de la violencia.
En el caso de Ayutla, Abel Barrera afirmó que ese municipio tiene historia en cuanto a la lucha social, pero lamentablemente todas han sido apagadas por la represión del Estado y los grupos caciques.
Recordó que en Ayutla surgió el primer movimiento de la UPOEG con raíces comunitarias y no estaba contaminada por grupos de la delincuencia, pero con el paso de los años ese grupo de autodefensa fue infiltrado y después le disputó el territorio a la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Policía Comunitaria (CRAC-PC) y, cada grupo siguió su ruta.
Ahora, dijo Abel Barrera, que lo que pasó en Ayutla puede considerarse que quieren socavar esa organización de autodefensa, y utilizan al crimen organizado para desmantelar esas estructuras comunitarias.
Indicó que lo preocupante en Ayutla, es que hay un descuido del gobierno federal y estatal al trabajo comunitario que se ha hecho en ese municipio y se han dejado crecer de manera intencional a los grupos de la delincuencia, al grado que los grupos delictivos se han apoderado de ese corredor que viene desde la Costa Chica al Valle del Ocotito, en Chilpancingo.