Teléfono rojo
El Partenón y la narcopolítica
El Partenón de Zihuatanejo fue evidencia de la grotesca corrupción de los mandos policiacos priístas, luego un lugar abandonado, y ahora, bajo el gobierno de Evelyn Salgado Pineda se convierte en un atractivo que diversifica la oferta turística de Zihuatanejo y un recinto para la cultura y las artes.
El lugar fue el palacio que se construyó el jefe de la temida policía judicial federal Arturo “El Negro” Durazo Moreno, el símil priísta en poder y corrupción del jefe policiaco panista Genaro García Luna durante el gobierno de Luis Echeverría.
Se decía que el lugar era el lujoso centro de reunión de narcotraficantes y políticos encumbrados de aquella época.
La gobernadora se quedó corta al mencionarlo como un monumento a la corrupción.
El Partenón es el símbolo de la narcopolítica priísta, la evidencia del enriquecimiento insultante y de la historia de cómo a través de autoridades corruptas y sin escrúpulos, traidoras a la patria, el crimen organizado fue tomando el control de todo en este país, hasta tener el descomunal poder que hoy se desborda en daños cada vez más frecuentes a los ciudadanos anteriormente excluidos de sus acciones y hoy víctimas directas de la extorsión y el asesinato.
La recuperación de este sitio en beneficio del municipio de Zihuatanejo y de todo Guerrero para su aprovechamiento artístico y turístico no deja de recordarnos la época en que el monstruo de mil cabezas comenzó a crecer hasta salirse de control.
Vale la pena ir a conocerlo, entre otros de los atractivos con los que cuenta el bello puerto de Ixtapa-Zihuatanejo. Por cierto que Mexicana abrió dos frecuencias de vuelo los viernes y los domingos entre Zihua y Acapulco, lo cual acorta la distancia, incluso para la capital del estado ya que en un par de horas la gente de Chilpancingo puede estar aterrizando en el binomio de playa de la Costa Grande.
Sin duda la política turística de Evelyn Salgado Pineda está transformando al estado.
El Ton y el Son
Se ve muy desesperada la maniobra de Jacinto González Varona de enviar a la diputada Citlalli Calixto a argumentar asuntos de género para mantenerse como dirigente sin soltar su curul. Al usar a la diputada Diana Bernabé como “Juanita”, haciéndola pedir licencia a su propia diputación para asumir como su suplente, y a otra legisladora para dar la cara por él, el líder de Morena en Guerrero está ejerciendo violencia política de género. ¿O qué, en la liturgia morena solo aplica cuando a tu grupo político (de los que dicen sus estatutos que no debe haber) le conviene?
Revolcadero
1.- ¿Culpar públicamente a Los Ardillos por la desaparición de 17 personas en Chilapa era nomás para que regresaran los cuerpos o sí va a hacer algo el Ejército?
2.- Gustavo Alarcón no lleva ni cien días como alcalde de Chilpancingo y ya le andan pidiendo resultados. Paciencia señores.
3.- ¿Y para cuándo el cambio de dirigencia en Movimiento Ciudadano Guerrero? Esperan que la salud de Dante Delgado mejore. Para que vea que la dependencia del líder único no es exclusiva de ya saben quiénes.