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Hoja verde
Nepotismo electoral
La incorporación de la figura de nepotismo electoral a la Constitución propuesta por la presidenta Claudia Sheinbaum al Senado en una iniciativa con proyecto de decreto fortalece la continuidad del obradorismo a través de Andrés Manuel López Beltrán.
Una iniciativa presidencial debe observarse desde el contexto nacional ya que modificará proyectos políticos a lo largo y ancho del país. Claudia no es la gobernadora de un estado ni la alcaldesa de un municipio, es la presidenta de México, una nación donde se ha instaurado un nuevo régimen en etapa de institucionalización hacia una hegemonía.
Primero debo decir que se trata de una reforma constitucional necesaria para la democracia en México, pues la Constitución no prevé la figura de nepotismo electoral ni cualquier otra forma de nepotismo, que por el contrario sí regula la legislación secundaria.
De tal suerte que en la actualidad es más fácil sancionar a cualquier funcionario de menor grado por contratar a su sobrino o comprar productos a algún familiar, que impedir heredar el gobierno entero.
Sobran casos como el del gobernador panista Rafael Moreno Valle entregando a su esposa el gobierno del estado de Puebla antes de su trágica muerte, incluso a nivel local está el caso reciente de Zihuatanejo, Guerrero donde el priísta Jorge Sánchez Allec alternó la alcaldía a su esposa, o cacicazgos familiares muy marcados como en Tlalchapa donde los Mora Eguiluz han desfilado por la presidencia municipal primero como perredistas y ahora como morenistas.
Ninguno tuvo impedimento legal, ni moral porque lo que no está prohibido, está permitido. Pero no es lo idóneo y la iniciativa de Sheinbaum busca precisamente la idoneidad de las personas que compiten por cargos de elección popular para que lo hagan en mejores condiciones de igualdad a las actuales.
Aunque el concubinato y las relaciones de pareja continúan siendo el eslabón más débil de la cadena de vínculos mencionada en la definición de concubinato inserta en la iniciativa como fracción VIII de los artículos 55 y 82, así como en el 115 relativo éste a los municipios. Establecer jurídicamente un vínculo donde no existen contratos matrimoniales o actas de nacimiento como en el resto de las relaciones familiares siempre resulta más complicado.
EL CASO DE FÉLIX SALGADO
Pero ¿arruina la iniciativa proyectos políticos personales al entrar en vigor a partir de la elección de 2027 como menciona su segundo transitorio? En algunos casos podría afectarlos en el corto plazo pero fortalecerlos en lo futuro.
Veamos el caso más popular en el estado, el del senador Félix Salgado Macedonio.
Lo primero a tomar en cuenta es que esta iniciativa contra el nepotismo electoral y la reelección consecutiva de ninguna manera agarró a ningún político con los dedos en la puerta. Claudia la anunció desde su campaña presidencial.
No hay que olvidar cuál fue el primer acto de Salgado al conocerse el triunfo de Sheinbaum, y el suyo como senador reelecto. En una conferencia de prensa se reiteró a favor del relevo generacional como lo dijo durante su campaña política, e hizo una especie de destape en el que mencionó lo mismo a jóvenes políticos como el actual presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso de Guerrero Jesús Urióstegui, el entonces candidato a la alcaldía de Chilpancingo Jorge Salgado Parra, la diputada Citlali Hernández y el dirigente de Morena Jacinto González Varona, que a la alcaldesa de Acapulco Abelina López y a su compañera de fórmula Beatriz Mojica.
Claro que como todo político siempre su principal proyecto será él, pero es muy probable que entre estos nombres esté previsto su plan B, como lo tuvo en el pasado proceso para elegir candidato a gobernador en el que no fue él pero sí su hija la actual gobernadora.
Uno de ellos podría ser la amalgama entre el periodo de Evelyn Salgado y una eventual candidatura de Félix Salgado en el 2033, como parece serlo Sheinbaum entre el sexenio de López Obrador y la posible candidatura de su hijo Andrés Manuel López Beltrán en 2030, quien sería el candidato que con Ley o sin ella habría mantenido en los hechos esa calidad moral tan imprescindible en el discurso obradorista.
Sería un error pensar en años, cuando debemos hacerlo en décadas. En política las apariencias engañan. Lo que algunos ven, o quieren ver, como un descarrilamiento, en realidad puede ser la extensión de las vías hacia una estación más lejana. En Guerrero ya sucedió hace cuatro años.