
Teléfono rojo
No sé que es más feo, el diseño del Marinabus o el desaire de la presidenta Claudia Sheinbaum al exgobernador Ángel Aguirre Rivero.
Al parecer los acapulqueños no éramos los únicos con expectativas sobre la visita de fin de semana de la mandataria.
Ella inauguró aquí el hospital de alta especialidad del ISSSTE que según el director general de la institución, Martí Batres, comenzará este lunes a brindar consultas a los derechohabientes.
También abanderó el Marinabús, embarcación que efectivamente se parece mucho al templete donde encierran a los periodistas en los eventos oficiales, o una caja de zapatos flotante.
Es feo. Muy feo pues. Pero cuando voltea uno a ver el transporte público de Acapulco como que su fealdad encaja con el paisaje urbano y se entiende como un tributo involuntario al vocho blanco con azul que con su dirección bailarina, sus llantas lisas, y asiento “rechinable” que da vuelta junto con el pasajero hacia donde éste se haga, alcanzó tal eternidad que el cese de su producción en 2003 le hizo lo que el viento a Juárez y continúa dando servicio.
Un tributo cuadrado diseñado por ingenieros de la Armada.
Militares que lograron el objetivo principal, que la embarcación fuera funcional para llevar gente del centro de la ciudad a Puerto Marqués. No era, a lo mejor, la prioridad, darle un diseño de primer mundo como los que dan el mismo servicio en Cancún y otros lugares.
Digo, a mí me hubiera gustado un diseño, si no lujoso, por lo menos moderno, y de paso una mayor visión de desarrollo turístico como llevar turistas a las playas de otros municipios para extender la estancia de los visitantes a Guerrero. Pero bueno, es lo que hubo.
Así como los destartalados taxis, las banquetas invadidas, y las playas llenas de vendedores ambulantes, son lo que hay en este puerto.
¿Qué esperaba? ¿Un transporte de primera para un destino con turistas de bajo poder adquisitivo? Por lo menos podemos presumir que esta embarcación fue abanderada por la presidenta de la República, lo que mantiene la expectativa de que el nuevo servicio se mantenga funcional, y no suceda como otros proyectos como el del Acabús para el que nunca hay tarjetas, y cuyo carril confinado nadie respeta.
Hablando de expectativas, la de la comunidad cultural de ser escuchados por la presidenta en su petición de reducir al 20 por ciento los espacios comerciales en el Jardín del Puerto fueron superadas ya que Claudia Sheinbaum prometió10 por ciento.
Al que se le cayó la expectativa de que la Presidenta le aceptara un obsequio que sería el boleto de regreso de la vida política pública es al exgobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero.
“¡Uy mi amor! Mándele saludos pero dígale que no. No recibo regalos de ellos”, dijo la Presidenta a una mujer enviada a entregarle el encargo en una bolsa de cartón decorada con papel de china.
“Ellos” es un pronombre plural en tercera persona que se utiliza para referirse a un grupo de gente.
¿Quiénes ellos? ¿El PRIAN? ¿La Mafia del poder? ¿Los conservadores?
Al parecer no le ha servido para nada que Sofío Ramírez ande por ahí queriendo cobrar la factura de sus “aportaciones” a la fundación de Morena, y que pregone las que otros personajes supuestamente hicieron desde el PRD, como sería, según el exdirigente priísta, el caso de Aguirre, a quien Sheinbaum sigue identificando con un “ellos” tan distante como su posibilidad de ser aceptado en el partido en el poder.
En mi opinión fue una maniobra desesperada, aunque por lo menos, junto con el rechazo feo, tan feo como el Marinabus, la presidenta le mando un saludo.
Ni hablar, como dice el exgobernador, “la política es así”.