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HELIODORO CASTILLO, Gro., 30 de agosto de 2023.- Los casi 200 habitantes que aún permanecen en la localidad Nuevo Poblado El Caracol de este municipio, comparten algo en común: miedo, incertidumbre y casas dañadas a causa de los disparos y explosivos que desde mayo un grupo delictivo lanza a través de drones a través del cerro Los Amates.
El último ataque que esta población sufrió y que dejó el saldo de un joven muerto, fue el pasado sábado 26 y parte del domingo 27. En total, de acuerdo con los pobladores, en esos dos días les lanzaron 17 bombas caseras hechas a base de fierro, canicas, clavos y balines que explotan al caer sobre las viviendas.
En Nuevo Poblado El Caracol, todas las viviendas y los inmuebles como el mercado, la comisaría, la iglesia y las escuelas, tienen impactos de bala o huecos por la caída de los explosivos.
Varias familias huyeron por la violencia y los habitantes que se quedaron mantienen cerrados los dos accesos al pueblo con piedras y tierra, como muro de contención para evitar el ingreso de los vehículos de los grupos delictivos.
Esta comunidad ubicada en los límites con el sur de Apaxtla de Castrejón, comunica directamente con Tlacotepec en la Sierra, donde presuntamente el grupo delictivo La Familia Michoacana intenta tener el control e ingresar por esa vía para combatir a su grupo rival Los Tlacos.
El comisario de Nuevo Poblado El Caracol Aurelio Catalán Alcocer informó que la semana pasada, la población tuvo un acercamiento con el director de Gobernación estatal Francisco Rodríguez Cisneros, quien le dijo que la Policía Estatal y el Ejército entrarían si los habitantes liberan los accesos.
Subrayó que no se cederá el paso, porque los habitantes temen que antes de la llegada de los policías y militares ingresen los presuntos delincuentes o que haya personas infiltradas, como ocurrió en la región Costa Grande.
Entre Heliodoro Castillo y Apaxtla, no sólo ha sido atacado Nuevo Poblado El Caracol, sino que también las comunidades de Tetela del Río, Caxacua, Acatlán del Río y Nuevo Balsas del municipio de Cocula.
En el pueblo de San Marcos, perteneciente a Apaxtla, hace dos semanas salieron las últimas familias que ahí vivían, porque fue secuestrado un joven de 17 años.
El martes partió una caravana de ayuda humanitaria y la encabezó el sacerdote y coordinador del Centro de Derechos Humanos Minerva Bello, Filiberto Velázquez Florencio, quien el pasado domingo denunció ataques con drones y bombas en su comunidad.