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CIUDAD DE MÉXICO, 08 de septiembre de 2018.- La ocurrencia de fracturas, que no son un fenómeno sísmico pero pueden agravarse tras un movimiento brusco, seguirá mientras continúe la extracción de agua del subsuelo, advirtió Eduardo Reinoso Angulo, del Instituto de Ingeniería (II) de la UNAM.
Al participar en la Primera conmemoración de los sismos de septiembre: una reflexión desde la ciencia, cuyo objetivo es reflexionar sobre los sismo del 7 y 19 de septiembre de 2017, a un año de su ocurrencia, el especialista criticó que se relajara el rigor de la construcción y que se permitan errores como los anuncios espectaculares pesados en las azoteas de edificios antiguos, que dan más peso a las estructuras.
Reinoso Angulo recordó que al sur del país se cayeron muchas casas porque estaban construidas con adobe, un material muy vulnerable. Y en las ciudades, muchos derrumbes ocurrieron en edificios con “planta baja débil”, es decir, que tienen huecos para estacionamiento o para locales comerciales en ese nivel, que debería ser muy fuerte porque sostiene la construcción.
Hugo Delgado Granados, director del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM señaló que el ocurrido el 7 de septiembre de 2017 con epicentro en Oaxaca es el sismo instrumentalmente observado más fuerte desde que se tienen equipos de medición en el Servicio Sismológico Nacional.
Además, es el evento en su tipo de mayor magnitud en lo que va del siglo XXI. Causó graves daños humanos y materiales en varias zonas del país, que requirieron la participación técnica y humanística de academia, gobierno y ciudadanía.
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