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COAHUAYUTLA, Gro., 7 de octubre de 2018.- El museo de Kalule, ubicado en la calle Aldama, calle principal en la cabecera municipal de Coahuayutla se mantiene abierto a casi 14 años de su inicio, aún cuando desde hace años no recibe ningún tipo de apoyo por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), siendo sólo los alcaldes del municipio los que medianamente colaboran para que siga en funciones.
En una visita realizada al museo ubicado a cuatro horas de Zihuatanejo, el encargado de la biblioteca Cuauhtémoc Flores Mata manifestó que el museo se mantiene sin ningún tipo de apoyo del gobierno federal, “aquí hay mucha historia de nuestro país que no ha sido tomada en cuenta”, expresó tras indicar que Coahuayutla fue un lugar estratégico para personajes importantes, tanto de la Independencia como de la Revolución Mexicana ocuparon, cuando se desarrollaron esas contiendas.
El museo que cuenta con unas 600 piezas de barro, representando a antiguos pobladores e ídolos, así como figuras en piedra; también la mayoría con figuras de rostros, así como artefactos como metates, vasijas y ollas, además de varios sables y rifles antiguos.
La apertura del museo fue por parte del ex alcalde Juan Correa Villanueva, quien decidió con su Cabildo y los pobladores abrirlo debido a que muchas personas poseían ese tipo de piezas ante lo cual se concentraron para preservarlas, a pesar de que al pasar de los años algunas se han dañado, otras se han perdido e incluso las han vendido, debido a que no están registradas ante el INAH.
Flores Mata manifestó que el museo además de sobrevivir con un poco de apoyo que le brindan las autoridades municipales, también se debe a la ayuda de turistas interesados, principalmente extranjeros, que les apasiona la historia.“Les gusta tomarse fotografías principalmente con los sables y los rifles que datan desde los tiempos de la Independencia”.
Agregó que en los alrededores de Coahuayutla hay todavía muchas piezas que la gente ha encontrado y tiene en su casa pero que no las lleva a exponer al museo, “las tienen en su casa y cuando tienen la oportunidad prefieren venderlas a quien lo solicita”, concluyó.