Como que no pasó nada, el día de visita en la cárcel de Acapulco

ACAPULCO, Gro., 8 de julio de 2017.- Tras la riña ocurrida el jueves en el penal de Las Cruces del puerto, que dejó 28 muertos, familiares de los reos acudieron a la cárcel para la usual visita familiar.

Como si fuera un sábado común, los visitantes esperan pacientemente en una larga fila para poder ver una vez más a sus familiares y saber cómo están a dos días del sangriento hecho.

Con paraguas en mano y trapos en la cabeza para soportar el inclemente sol, los familiares cargan bolsas del mercado con comida y artículos de higiene que serán entregados a los convictos. Algunos llegaron desde las 6:00 horas, pese a que las horas de visita comienzan a las 10 de la mañana.

Regularmente las visitan terminan a las dos de la tarde, pero parece ser que esta ocasión será la excepción, ya que el acceso al penal continuó más allá de la hora de salida.

Entre el bullicio están quienes ofrecen sus servicios de paquetería, así como venta de ropa y agua.

Mientras esperan para poder acceder al recinto, unos recuerdan la preocupación e incertidumbre que vivieron el jueves, como la señora Maricruz Salgado, quien contó cómo las familias pedían conocer la situación de los internos y la desesperación ante el hermetismo de las autoridades, ya que pesar de que los medios de comunicación informaron que la riña se desarrolló en el módulo de seguridad MS, no podían tener la certeza de que sus hijos, padres o hermanos estuvieran a salvo. Otros más prefieren callar y no hablar del tema.

La señora Adriana Quintero exigió a las autoridades penitenciarias que den a conocer la lista de los reclusos que serán o ya han sido trasladados a otras cárceles, luego de que el gobernador Héctor Astudillo aseguró que ente 50 y 60 presos serán reubicados por su alta peligrosidad.

A diferencia del jueves y el viernes, la seguridad en la zona es mínima: sólo se observan tres camionetas de la Policía Estatal. Un grupo de efectivos resguarda el lugar y otros cinco uniformados controlan el acceso de los visitantes en el módulo de entrada. Asimismo un convoy militar recorre el lugar.

Y es así como tras la matanza que manchó la historia del sistema penitenciario de Guerrero, el día transcurre como si nada hubiera pasado.