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LEONARDO BRAVO, Gro., 10 de septiembre de 2016.- El gobernador Héctor Astudillo Flores reconoció que pese a la nueva estrategia de atención integral de seguridad pública que ya inició en el estado, los grupos delincuenciales continúan “su batalla”.
En breve entrevista este sábado al culminar el desfile cívico por el 230 aniversario del natalicio del general Nicolás Bravo en Chichihualco, cabecera municipal de Leonardo Bravo, Astudillo Flores refirió que lo ocurrido en Chilapa esta madrugada, donde dos jóvenes fueron asesinados y tres más resultaron heridos, “es parte de la batalla de los grupos delincuenciales y la mayoría, no quiero decir que todos, de estos crímenes se deben de resolver”.
Agregó que “ante esos hechos hay que cerrar fuerte. Hay que hacer muchas cosas, no son suficientes las que se empiezan hacer pero yo creo que la nueva estrategia debe de dar resultado poco a poco, no es un asunto de un día”.
Al preguntarle cómo se atenderá la situación de inseguridad en Chilpancingo, donde según el alcalde Marco Antonio Leyva Mena, operan al menos tres grupos delincuenciales, Astudillo contestó: “son temas que los aborda el vocero de seguridad”.
El mandatario estatal presenció el desfile conmemorativo por los 230 años del natalicio de Nicolás Bravo en Chichihualco, acompañado de su esposa Mercedes Calvo y del presidente del Tribunal Superior de Justicia, Robespierre Robles Hurtado, desfile que, de acuerdo con el presentador del evento, por muchos años había dejado de ser visitado por el gobernador.
En este desfile participaron escuelas públicas de Leonardo Bravo, organizaciones sociales y gremios de campesinos, productores y ganaderos, todos ellos para honrar la memoria de Nicolás Bravo.
Durante el recorrido los niños lanzan dulces a los espectadores, mientras que los campesinos y productores regalan fruta como peras, plátanos, manzanas, toronjas y duraznos. Otros productores obsequian mezcal y queso fresco.
Pero lo más característico y esperado por los asistentes es el lanzamiento de balones, ya que Chichihualco es el único pueblo en Guerrero donde sobrevive la fabricación de balones de futbol.