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ACAPULCO, Gro., 6 de marzo de 2018.- El secretario de Salud, Carlos de la Peña Pintos, dijo que las jóvenes colombianas que murieron tras el choque e incendio del automóvil de Lord Ferrari en la Autopista del Sol, no tenían posibilidades de sobrevivir debido a la gravedad de sus heridas, y sostuvo que el área de quemados del hospital general de Chilpancingo no ha funcionado desde que se inauguró el nosocomio.
Entrevistado en el programa de radio Capital Máxima, el funcionario estatal explicó que las jóvenes sufrieron quemaduras con un alto grado de complejidad en el 90 por ciento de su cuerpo, no obstante, indicó que se hizo lo necesario para mantenerlas con vida.
“Son muy complicadas (las heridas), estaba prácticamente acartonada su piel, su tejido celular, todo. Entonces esto verdaderamente el porcentaje de mortalidad era altísimo en estos pacientes”, explicó.
Indicó que por las condiciones en las que estaban las jóvenes “era imposible” trasladarlas a otro hospital y mencionó que tuvieron que ser entubadas inmediatamente, pues tenían inflamadas las vías respiratorias, lo que obstaculizaba su respiración.
Por otra parte, De la Peña Pintos informó que el área de quemados del hospital, inaugurado en marzo de 2012, nunca se echó andar pues necesita una gran inversión para habilitarla y para que se mantenga en funcionamiento.
“Nunca ha funcionado. Se iban a dar los recursos, he visto varios reportes y en donde hay algunos estudios de las necesidades que se tienen para esta área, pero nunca ha funcionado”, reiteró.
Asimismo denunció que esta área sirve como bodega de medicamentos acumulados que caducaron en 2013, y que era usada por el proveedor de medicinas de la administración pasada, por lo que ya se hacen las investigaciones necesarias con la Contraloría General del Estado.
El secretario aseguró que a pesar de esta situación las autoridades estatales atienden a las víctimas de quemaduras graves, y agregó que cuando se requiere una atención especializada los pacientes son canalizados al hospital general de Ciudad de México y “cuando hay un caso mucho muy especial hemos estado en contacto con la organización Michou y Mau y se trasladan a Galveston (Texas, Estados Unidos)”.