Choque deja una lesionada en el entronque a Ixtapa
MORELIA, Mich., 28 de mayo de 2017.- El trabajo de información a la sociedad desempeñado por los comunicadores es la “piedra angular para la vitalidad de una sociedad libre y plural”, aseveró Carlos Garfias Merlos, arzobispo de Morelia, al representar el ejercicio de un derecho que le es propio al periodista, a la vez que es una función social.
En ese contexto, agregó el jerarca católico, es fundamental que los ataques contra representantes de medios de comunicación tengan una respuesta por parte del estado, donde se debe privilegiar la defensa de la vida y el trabajo de todos los comunicadores.
“La circunstancia de que alguien sea víctima de la violencia siempre será muy lamentable, genera mucho dolor, que lleva al enojo y al descontento, sobre todo en las personas más cercanas, pero en la medida que se tiene respuesta, verdad y justicia, ello se subsana”, explicó Carlos Garfias.
Detalló que “ojalá quien corresponda pueda tener pronto respuesta a la desaparición del hermano reportero (Salvador Adame Pardo, periodista y propietario del Canal Seis, de Nueva Italia) y de todos los que están pidiendo una respuesta”.
Tras reiterar que “ninguna persona tiene derecho a arrebatar a nadie su libertad”, Garfias Merlos expresó que si bien la responsabilidad primaria de seguridad compete al gobierno, éste debe contar con la colaboración de la sociedad civil organizada:
“No es que el estado tenga que hacer para garantizar la seguridad y la vida ordinaria del pueblo, tiene que darse la colaboración entre autoridad y sociedad civil”.
Afirmó que se ha producido una búsqueda de condiciones de seguridad, no sólo para periodistas, reporteros y comunicadores, sino para la sociedad en lo general, donde destacó la celebración de diálogos en siete regiones sobre temas de seguridad y justicia.
No obstante, la violencia se ha exacerbado por el miedo, lo que conduce a que “se ve más violencia de la que hay”, por lo que es imperativo que se objetive la realidad y se construya una plataforma social con la colaboración de las organizaciones civiles.
Reiteró que, en el caso de la Iglesia Católica, la estrategia ha sido la construcción de la paz con enfoque de atención a las víctimas de la violencia, ya que parte de esta situación es que “los afectados se enojan, quieren venganza, desquite y castigo a culpables, y el enojo se contagia”.
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