
En Guerrero se reconocen los derechos de pueblos indígenas: Gobierno
CHILPANCINGO, Gro., 25 de julio de 2016.- Tras el asesinato del alcalde de Pungarabato, el perredista Ambrosio Soto Duarte, el gobernador Héctor Astudillo Flores reconoció que existen denuncias de otros ediles, pero aclaró que “las denuncias deben ubicarse para no caer en la exageración” e indicó que “la zona con más presión es Chilapa-Zitlala, especialmente Zitlala”, donde gobierna el priistas Roberto Zapoteco Castro.
Entrevistado está mañana en Casa Guerrero, Astudillo Flores aceptó que en la entidad hay más alcaldes que también se encuentran amenazados de muerte por no cooperar con el crimen organizado.
Sin precisar de qué alcaldes se trata refirió que “las denuncias deben ubicarse para no caer en la exageración” y sostuvo que en Chilapa y Zitlala, es donde existe mayor presión hacia los presidentes municipales.
En estos municipios gobierna el PRI, con Jesús Parra García y Roberto Zapoteco Castro, respectivamente, y es también donde los grupos delictivos de Los Rojos y Los Ardillos se disputan la plaza desde junio del 2014, por lo que, sin especificar, el gobernador dejó entrever que se analizará la seguridad de estos alcaldes.
Héctor Astudillo informó que mantiene comunicación con el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles, mismo que en el transcurso de este lunes se reunirá con el fiscal general del estado, Xavier Olea Peláez, para según Astudillo, “formar un grupo de colaboración en las investigaciones y este sea ágil y con buenos resultados, donde la PGR debe asumir la dirección del caso, debido a que en el asesinato (de Soto Duarte) se usó armas de alto poder, propias del Ejército”.
Explicó que dos de los cuatro policías federales que el alcalde tenía asignados como sus escoltas venían con él en su camioneta y los otro dos los seguían en un vehículo de la Policía, los cuales repelieron el ataque.
Además señaló que el asesinato se trató de “una operación preparada” donde “aún no se tiene con exactitud cuántos casquillos se hallaron, pero se habla de entre 300 o 400 casquillos”.
Astudillo Flores insistió que al subrayar que el ataque había ocurrido en territorio de Michoacán no significa que se le eche la culpa a ese estado o que su gobierno se deslinde de responsabilidades.
“Ayer no pude decirlo pero me preguntaban en dónde no se puede viajar, quiero decir que es un asunto donde no se trata de echarle la culpa a nadie, pero siempre que hablé con Ambrosio le recomendé que se cuidara y que no viajara de noche y que no se alejara de la seguridad”.
En este sentido, el mandatario estatal pidió insistentemente que “no hay que permitirle a que se abra el paso para politizar el asunto” y aseguró que tanto él como el gobernador de Michoacán concluyeron que se trata de un asunto de seguridad, no de política.
“Con Silvano tratamos un tema que me interesa mucho también decir entre los dos concluimos y yo lo puse en Twitter: este es un asunto de seguridad, no es un asunto político. Es un asunto que nadie deseó y que nadie propició, ni desde el gobierno ni desde ningún otro lugar que no fuera la delincuencia organizada”, sentenció.