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CANCÚN, QRoo, 27 de junio de 2019.- En 2018 y en lo que va del año, el Caribe Mexicano recibió el mayor volumen de sargazo en la historia: ha recalado de tres a cinco veces más que en 2015.
En 2015, según datos oficiales, el recale llegó a dos metros cúbicos por metro lineal de playa, y abarcó 74.6 kilómetros de la franja de arena, concentrándose en cinco municipios.
Pero ¿qué lo origina? Científicos reunidos en un taller organizado en Quintana Roo por el Instituto Nacional de Cambio Climático, afirman que es posible que los vientos del Sahara lleven desde hace algunos años bastante polvo muy fino a la alta atmósfera, y con mayor cantidad, desde la sequía que empezó en los años setenta.
Este polvo contiene principalmente fosfatos y hierro que son abonos muy eficaces para algas y plantas. El nitrógeno necesario es producido por bacterias comensales del sargazo y este polvo sigue las corrientes aéreas y cae en forma de lluvia en el Atlántico, en el Caribe y en la selva del Amazonas, en Brasil.
Se estima que 0.5 a cinco billones de toneladas de polvo cae en esta última área al año, lo que representa 50 por ciento de la necesidad en fósforo de la selva.
Se presume que los sedimentos con materia orgánica que arrastran lo ríos de la Amazonia y el Orinoco, en Sudamérica, enriquecen con nutrientes al sargazo en su paso por estas latitudes.
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