
Teléfono rojo
1.- Estamos ante un régimen de simulación, toda una parodia en sus políticas públicas, mientras el poder, en más de la mitad de México, está en manos del crimen organizado y los gobiernos manejados por un pequeño grupo de un “tlatoani”, como aquel de Veracruz: Santa Ana, gobernaba desde su rancho.
2.- Se reinició la lucha por una reforma política democrática, CON LIBERTADES POLITICAS Y SOCIALES.
Volver a empezar, (y a mis 73 años), como en los años 70 del siglo pasado, combatiendo al presidencialismo despótico… y vencerlo.
Tuvimos 30 años de democracia. Y por esa democracia tenemos un régimen autócrata, con un partido dominador, represivo y que acaba de destruir a la república federal.
“Si no estás conmigo, no tienes trabajo, ni programas sociales, y eres un traidor al a patria”.
Esa fue la farsa de la elección de los ministros ACORDEONES para la Suprema Corte de Justicia, y el resto del sistema judicial.
Ahora secuestrados por las camisas guindas.
3.- El gobierno va a implementar otra farsa, fraude y engaño con su convocatoria a una reforma electoral, pura burla, sólo falta que su asesor sea Manuel Bartlett, miembro de la 4T y que hizo el fraude contra Cuauhtémoc Cárdenas en 1988.
Una comisión integrada por paleros del régimen, que ni siquiera Fernando Gutiérrez Barrios formo tan servil.
Cinismo y la simulación, te convoco te escucho y adiós, que aquí mando yo. (Y el de Palenque)
4.- Desde el Partido Comunista Mexicano, en el cual milité, (también Pablo Gómez), se luchó en la clandestinidad y después en la legalidad, por las libertades políticas, no por “la dictadura del proletariado”.
Este paso, la entendió como hombre de Estado que era, Don Jesús Reyes Heroles, que abrió las puertas, con aprobación de José López Portillo, presidente de 1976-1982, a una reforma política progresista, con visión de pluralidad y respeto a las ideas.
Ahora quieren una copia de las leyes electorales de Nicolás Maduro en Venezuela y Daniel Ortega en Nicaragua.
5.- 1977 fue el año en que el Estado prohibió las luchas de ideas, siempre buscando acuerdos, los cuales nos llevaron a la reforma política de1996, con Ernesto Zedillo, y sus secretarios de gobernación como Emilio Chuayffet y Francisco Labastida Ochoa.
En ese entonces, como diputados del PRD, (56 Legislatura), fuimos muy activos para redactar la reforma política que garantizaban elecciones limpias, y se hizo junto con el PAN y PRI, que no eran tan barbaros como la 4T.
El presidente del PRD era un hombre de Estado, Porfirio Muñoz Ledo y a contracorriente AMLO,quien. por cierto, gozo de esta reforma al ser candidato negociado para la jefatura de gobierno del Distrito Federal, (2000) me consta.
6.- En 1997 había ganado el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas en CDMX. Había nacido el IFE como un órgano de Estado independiente del presidencialismo, con José Woldemberg como su presidente.
Ahora el INE convertido en su aparato electoral, con una presidenta que ha colocado a su familia con chambas múltiples
7.- Cabe recordar que Logramos en 1978 la amnistía para todos los guerrilleros que estaban en las cárceles para que se reintegraran a la sociedad, a la lucha política pacífica, buscando la reconciliación.
Ahora se persigue a los disidentes inventándonos delitos. Me consta.
8.-Por ello los demócratas y libertarios tenemos que apoyar las propuestas de Lorenzo Córdoba, Leonardo Valdez y José Woldemberg expresidentes del INE y del consejero “rebelde”, Ciro Murayama.
9.- “Para que haya una reforma política se necesita”:
“1.- El más amplio consenso, entre las diversas fuerzas políticas y nunca una decisión unilateral
2.- Un sistema que nos acerque por fin al ideal democrático y representativo.
3.- Garantizar la autonomía de las autoridades electorales
4.- Financiamiento público: la mitad en consonancia con la votación de cada partido, la otra mitad, de modo igualitario”.
Proponen:
“1.- Aumentar las diputaciones electas por representación proporcional: 250 diputados de mayoría y 250 de representación proporcional.
2.- Elegir integrantes del senado por un sistema exclusivamente proporcional: cuatro senadores en cada entidad, en proporción a votos recibidos.
3.- Que las autoridades electorales se elijan por ¾ partes del Senado y ya no por los diputados.
4.- Cuidar el servicio profesional Electoral Nacional.
5.- Designar magistraturas del Tribunal Electoral con 75 por ciento de votos del senado.
6.- Financiar a partidos con equidad: la mitad en consonancia con la votación de cada partido y la otra mitad, igualitaria.”