
Protestan por falta de luz y agua en jardín de niños en Acapulco
ACAPULCO, Gro., 7 de mayo de 2025.- El escritor acapulqueño, Abisaí Benítez Galeana presentó su libro Dibujos del abandono, una obra que se sumerge en los silencios de las víctimas y en las ausencias que marcan la vida cotidiana en este país, donde la desaparición forzada y el abandono son heridas abiertas.
El también integrante de Comunidad Creativa de Emprendedores Revolucionarios (Crea), fue reconocido con el Premio Nacional de Poesía Joven de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca por Dibujos del abandono, obra que comentaron el poeta y artista plástico originario de Puebla, Juan José Ortiz, así como la integrante de la colectiva acapulqueña Memoria Verdad y Justicia, Carolina Fiesco y la activista Nadia Alvarado Salas.
Durante la presentación en la biblioteca pública número 22 en el Zócalo de Acapulco, Benítez Galeana explicó que la desaparición forzada no fue el tema principal de su libro, sino el contexto inevitable que lo atraviesa.
“México es el primer país en desaparición forzada”, señaló al aclarar que se trata de una exploración profunda de las ausencias, los silencios y las relaciones que persisten incluso en la ausencia.
Asimismo aclaró que su obra no busca utilizar procesos dolorosos, sino visibilizar con dignidad y respeto los fenómenos duros que afectan a la sociedad mexicana.
El libro, escrito íntegramente en femenino, sorprendió a muchos que asumieron que su autor era una mujer. “Por ahí pensaron en la pleca que había ganado una mujer el premio, pero sorpresa, ¿no? Pero vieron el nombre y dijeron, ah, sí, es una mujer, se llama Abisaí, ¿no? Pero otra sorpresa, Abisaí es nombre de caballero”, comentó Benítez Galeana, al reflexionar sobre las percepciones de género en la literatura.
Explicó que Dibujos del abandono se gestó a lo largo de dos o tres años, recopilando experiencias, lecturas y observaciones de la realidad.
El autor compartió que no tiene la capacidad creativa para escribir un libro ajustado a una convocatoria específica, sino que su escritura surge de las vivencias y de la lectura constante de la realidad. “La lectura de la realidad es fundamental para poder plasmar con mucha dignidad y con mucho respeto fenómenos tan duros como el contexto de la desaparición”, afirmó.
La obra se estructura en cinco secciones, cada una ambientada en diferentes espacios de una casa que van del patio, la habitación, la habitación de madre, y finalmente la sala o el sur.
“El sur siempre es lo último, lo olvidado, lo abandonado también”, explicó el autor, utilizando la casa como metáfora de los espacios de abandono en la sociedad.
Durante la presentación, el poeta y pintor originario de Puebla, Juan José García compartió una reflexión sobre la portada de Dibujos del abandono, obra que calificó como un grito, pero no uno estridente, sino uno profundo, como los que se contienen en el pecho y erizan la piel antes de romperse en llanto.
“Es un grito que nos toma con suavidad por la cabeza, la gira con firmeza, y nos obliga a mirar lo que muchas veces no queremos ver: el rostro humano de la tragedia que vivimos en nuestro tiempo, marcada por la violencia, la desaparición forzada y la ausencia del Estado”, dijo.
Subrayó que el libro no se contenta con describir la realidad, sino que la atraviesa, pues los poemas nacen de una experiencia vital encarnada, son carne y hueso de alguien que ha caminado por el filo del abandono.
“Benítez Galeana no se coloca por encima del dolor, sino que lo habita. Su poesía no juzga ni ofrece consuelos falsos; simplemente está ahí, en la intemperie, como un croquis para la salvación. Un dibujo que se traza con palabras, con heridas, con memoria”.
Añade que la escritura del joven escritor no es una postura intelectual, sino una necesidad de respirar entre ruinas, pues no escribe como un testigo distante, sino como alguien que, al igual que muchos, ha sentido cómo algo dentro de uno se muere cada vez que una persona desaparece.
Dijo que el libro es un espejo oscuro, pero también una luz que obliga a ver el reflejo de las familias que buscan a sus desaparecidos, que cargan en soledad el duelo más largo, abandonadas por el Estado, marginadas por una sociedad que prefiere no mirar.
Mujeres, madres, hermanas, padres y hermanos que viven un dolor que desintegra, que rompe no sólo el vínculo con el otro, sino con uno mismo, con la sociedad.
Acerca del poeta, en este contexto, no es un iluminado ni un redentor, es, más bien, un médium porque transcribe lo que el dolor revela, lo que el silencio esconde, lo que la cultura muchas veces calla, al utilizar las herramientas como la métrica, el ritmo y la armonía para dar forma a algo que no tiene forma: la pérdida.
“Así, sus poemas se convierten en mapas de una ciudad interior devastada, pero no muerta”, expresó.
Por otro lado, Nadia Alvarado dijo que la poesía de Benítez Galeana es también un llamado a reconocer otras formas de abandono: el de la naturaleza, el de los árboles, los manglares, los cerros, que han resistido las inclemencias del cambio climático y el descuido humano.
“Ellos también protegen, también sufren. Y sin embargo, como tantas veces, han sido orillados a los márgenes, a la periferia de la cartografía urbana y emocional. Su presencia discreta recuerda que no estamos solos en esta devastación”, subrayó.
Habló de la disociación como un mecanismo de defensa ante una realidad insoportable de la que sin embargo, Dibujos del abandono es una especie de regreso.
“No promete soluciones, pero ofrece compañía. Y en tiempos de oscuridad, eso es ya un acto político, poético y profundamente humano”, señaló.