Sin mucho ruido
Refugiados
Los refugiados son personas como las demás, como tú y como yo. Antes de ser desplazados llevaban una vida normal, y su mayor sueño es recuperarla.
Ban Ki-Moon (Exsecretario general de la ONU) (1944- )
Hacemos este texto en un día palíndromo (12-22-21).
Los refugiados son personas que se encuentran fuera de su país de origen por temor a la persecución, al conflicto, la violencia generalizada, u otras circunstancias que hayan perturbado gravemente el orden público y, en consecuencia, requieren protección internacional.
La crisis de refugiados que ha vivido Europa en 2015, ha sido el mayor desplazamiento de refugiados, solicitantes de asilo, personas con vulnerabilidad y migrantes económicos que ha vivido la Unión Europea desde la Segunda Guerra Mundial.
A finales de 2020, el número de personas desplazadas por la fuerza en todo el mundo llegó a superar los 82 millones. Se calcula que entre 30-34 millones de los 79,5 millones de personas desplazadas por la fuerza eran niños y niñas menores de 18 años. También hubo 45,7 millones de desplazados internos, 4,2 millones de solicitantes de asilo y 3,6 millones de venezolanos desplazados en el extranjero. También hay millones de apátridas a quienes se les ha negado una nacionalidad y el acceso a derechos básicos como la educación, la atención médica, el empleo y la libertad de movimiento.
El informe de ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) llamado:Tendencias Globales; también señala que disminuyeron las posibilidades para las personas refugiadas que esperan una solución rápida de su difícil situación. En la década de 1990, hasta un promedio de 1,5 millones de refugiados pudieron regresar a sus hogares cada año. Durante la última década, ese número se ha reducido a alrededor de 385.000 personas, lo que significa que el aumento en el desplazamiento hoy supera ampliamente las soluciones.
La Agencia de la ONU para los refugiados tiene su sede en Ginebra, aunque el 90% de su personal trabajasobre el terreno. Al 31 de mayo de 2020, una plantilla de más de 18.000 personas en 132 países proporciona protección y asistencia a millones de refugiados, repatriados, desplazados internos y apátridas. A finales de 2020, 82 millones de personas estaban desplazadas debido a la persecución, los conflictos, la violencia o las violaciones a los derechos humanos. La mayor parte del personal de ACNUR está en países de Asia y África, los continentes que alojan y generan a la mayoría de los refugiados y desplazados internos. Muchos se encuentran en lugares aislados, donde el personal de ACNUR trabaja en condiciones difíciles y, a menudo, peligrosas. Algunas operaciones de mayor envergadura de ACNUR son las de Afganistán, Colombia, República Democrática del Congo, Malí, Pakistán, Jordania, Turquía e Iraq.
En México, actualmente hay un incremento importante de los refugiados provenientes de Haití. En la frontera llegaron a juntarse casi 30.000 migrantes, según informó el secretario de Seguridad Nacional estadounidense, Alejandro Mayorkas. Las autoridades estadounidenses aseguran que permitieron la entrada en su territorio de más de 12.000 y unos 8.000 regresaron a México.
Andrés Ramírez, titular de la Comar, (Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados), precisó que entre 2013 y 2018 el número de solicitantes de refugio de haitianos fue 614, para 2019 la cifra llegó a 5,539; en 2020 se registraron 5,957 y desde enero a agosto de 2021 fueron 18,883. Este aumento está colapsando el sistema de asilo en Tapachula, que es donde se reciben.
Haití se ha convertido este año en el primer país de origen de los solicitantes de refugio en México, con casi 38.000 peticiones, por encima de Honduras (con poco más de 33.500) que había estado a la cabeza en los últimos años. Sin embargo, son haitianos los más rechazados por el gobierno mexicano: solo el 40% reciben algún tipo de protección.
Según cifras divulgadas el lunes por la Comisión Mexicana de Ayuda al Refugiado (COMAR), este organismo ha recibido este año un total de 37.849 solicitudes de haitianos, casi 25.600 de ellas en solo tres meses: agosto, septiembre y octubre.
La cifra se multiplicó después del asesinato del presidente de Haití en julio pasado, aunque muchos migrantes llegaban a México desde Sudamérica, donde también se endurecieron las opciones para regularizarse. El número es, además, exponencialmente mayor a las 5.500 peticiones de 2019 y las casi 6.000 de 2020 y es parte del motivo de que la COMAR esté totalmente sobrepasada, como ha reconocido su titular, Andrés Ramírez, en varias ocasiones.
Al corte de octubre, esa oficina gubernamental ya ha recibido en total más de 108.000 peticiones de refugio frente a las 70.346 de 2019. El retraso en los trámites para gestionarlas, sobre todo en las oficinas de Tapachula, en el sur del país y donde se han recibido casi el 69% de las solicitudes, es lo que conllevó una serie de protestas y miles de haitianos salieran de esa ciudad, donde habían esperado meses rumbo al norte.
Entre el polvo, basura, malos olores, utilizando el agua del río para bañarse, pasando hambre y haciendo sus necesidades fisiológicas en patios baldíos, es como sobreviven cientos de migrantes haitianos que llevan alrededor de veinte días durmiendo en Chiapas. Un refugiado, originario de Haití quien viaja con tres hijas y su esposa, mencionó que las cosas están muy complicadas para ellos en esa entidad, ya que están viviendo de manera inhumana y las autoridades no les dicen nada. Platicó que ninguna autoridad, asociación civil u organismo internacional les brinda apoyo económico o víveres para poder alimentarse, mientras él ya se ha quedado sin dinero y la falta de papeles no los deja trabajar, situación que viven casi todos sus paisanos.
Aquellos que permanecen en México tienen complicado regularizar su situación. Según los datos del lunes pasado, de COMAR, solo el 40% recibe algún tipo de protección frente a la aceptación masiva que se da a los venezolanos (se aprueban el 97% de sus peticiones) o del 87% de las de hondureños. El motivo, según denunciaron las organizaciones antes mencionadas, es que México no considera que estas personas huyen de una violencia generalizada, cosa que el gobierno sí reconoce de Honduras, Venezuela o El Salvador. ¿El color de la piel tendrá algo que ver? No lo dudo. México es un país racista.
El derecho de santuario existe desde la edad media, El asilo en sagrado (del griego σῦλος, Sylos, “seguro”) conocido también con la expresión: acogerse a sagrado, era una ley medieval por la cual cualquier perseguido por la justicia podía acogerse a la protección de iglesias y monasterios. Se basaba en el concepto jurídico de que cualquier oprimido por las leyes de su país podía ser protegido por otra autoridad, fuese civil o religiosa, y derivaba de la antigua costumbre de la hospitalidad.
Considero que debemos ser hospitalarios, ayudar al desprotegido, ser solidario y subsidiario, recordemos que hace aproximadamente 2027 años, (Jesús nació alrededor del año 4 o 6 antes de nuestra era), una pareja que esperaba un hijo, buscaba un refugio, que finalmente les fue otorgado, en un pesebre, ahí nació aquel que nos ha dado la esperanza de una vida más allá, basada en la doctrina del amor y del perdón.
Recibamos a nuestros refugiados, sean del color que sean, con el corazón inundado del espíritu navideño. Hagámoslo todos, recuerden que solamente juntos, lograremos generar, propuestas y soluciones.
¡Feliz navidad!
JLG.