Teléfono rojo
El turismo, generador de pobreza
El turismo es una industria de futuro que no teme a los cambios- Michelle Bachelet (política chilena, 1951- ).
La actividad turística, tiene sin lugar a dudas un impacto sobre la población local, donde el turista vacaciona, la llamada industria sin chimeneas, sin embargo, también es contaminante y puede producir fenómenos insospechados en el entorno de la comunidad. El empresario Alejandro Legorreta González, lo expresa claramente de la siguiente manera:
El problema (con el turismo) no es crecer económicamente, sino hacerlo sin tomar en cuenta el enorme impacto que tienen nuestras actividades en el ecosistema que nos rodea.
¿Entonces la actividad turística es negativa? La respuesta es clara. No. No lo es, siempre y cuando exista una planeación integral del desarrollo del polo turístico, en armonía con la comunidad local que la sustenta. Los proyectos que ha desarrollado FONATUR, son una muestra clara de que se puede crecer de manera organizada, trayendo beneficios a las comunidades con vocación turística que son incentivadas desde esa plataforma.
Nuestro Acapulco, desgraciadamente, ha sufrido falta de planeación, vivimos planes faraónicos tri-anuales, que son en ocasiones productos de la egolatría del gobernante en turno y hay falta de una visión de estado, que nos oriente a pensar en el Acapulco que queremos y que necesitamos para nuestros descendientes y nuestro futuro. El Acapulco que queremos que exista dentro de veinticinco y treinta años. Si nuestros gobernantes se limitan tan solo a realizar obras que les den brillo mediático y no apuestan a reconstruir las entrañas de la ciudad y prepararla para su crecimiento sostenido, lo que estamos haciendo es creando un monstruo que finalmente colapsará.
Para una población, el obtener la línea de bienestar, no es tan solo la ausencia de pobreza, debe ser el funcionamiento armónico de la ciudad, como entidad urbana, en sus aspectos económicos, sociológicos y estructurales. Nuestros habitantes, sufren al menos de uno o varios de los indicadores de pobreza: rezago educativo, deficiencia en el acceso a servicios de salud, deficiencia de acceso a la seguridad social, deficiente calidad y espacios de la vivienda, falta servicios básicos en la vivienda e imposibilidad de acceso a la alimentación apropiada.
¿Es cierto entonces que el turismo genera pobreza? La respuesta la da CONEVAL (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social), organismo que, en su medición de pobreza urbana, anota a Poza Rica, Veracruz y a nuestro Acapulco, en Guerrero, como las entidades con mayor índice de pobreza urbana. Los habitantes de las más de quinientas colonias en Acapulco lo saben. Los cinturones de miseria se han engrosado y se han vuelto más densos, produciendo en una relación directamente proporcional, también un aumento en los índices delictivos. Convirtiendo el riesgo de circular en ciertas colonias, a un recorrido en una zona de conflicto bélico.
Me congratula escuchar que, de acuerdo a las nuevas políticas públicas del gobierno federal, se destinarán recursos para que, con una economía con rostro humano, paliar las desigualdades que produce por sí mismo el libre mercado y reforzar el Índice de Tendencia Laboral de la Pobreza para conociendo la tendencia del poder adquisitivo del ingreso laboral a nivel municipal y estatal, compensarlo y balancearlo.
Un destino turístico sin planeación, es un destino con un futuro incierto. Yo iría más lejos. Un destino turístico sin planeación, tiene un futuro irrevocable: el fracaso.
Juntos Logramos Generar soluciones.
JLG.