La superioridad moral
Con la determinación del gobierno federal y el de los estados de Guerrero y Michoacán por llevar adelante la construcción de Puerto Unión en la desembocadura del eío Balsas a las costas del Pacífico, así como el potencial de tierra disponible para detonar diversos proyectos en la franja de Troncones, municipio de Teniente José Azueta a El Naranjito, municipio de La Unión en nuestro estado; cada vez más nos acercamos a reiniciar la historia del tornaviaje entre Manila, Filipinas; Cantón, China y Acapulco, pasando por Macau y la isla de Formosa, iniciado en 1556 por Andrés de Urdaneta.
El presidente Peña Nieto y los gobernadores Héctor Astudillo y Silvano Aureoles, firmaron el marco jurídico para llevar a buen puerto la encomienda de promover y consolidar el proyecto de Puerto Unión como una Zona Económica Especial, necesaria a mediano y largo plazo como una alternativa para desplazar materia prima y manufacturas a nuevos mercados, ante la inminente cancelación unilateral del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) por el gobierno proteccionista de Trump.
De esta manera, vemos con mayor frecuencia, visitas de empresarios asiáticos con funcionarios del gobierno de Guerrero conociendo y recorriendo in situ las condiciones del terreno, incentivos fiscales, infraestructura y servicios proyectados en la Zona Económica Especial.
Tenemos conocimiento que los potenciales inversionistas han presentado un portafolio de inversiones en materia automotriz, industrial, tecnológica, agroindustrial y portuaria para desarrollarse en el proyectado Puerto Unión.
La alternativa de Puerto Unión es viable, ya que, como lo señalé en una de mis colaboraciones antes de tomar posesión el presidente Trump; el gobierno estadounidense cancelará de manera unilateral el TLCAN; se seguirá el protocolo de la negociación, pero la misma no va a ningún lado, porque simplemente no hay voluntad de una de las partes en negociar nada que les sea adverso a sus intereses, tan es así que, en la reciente gira de Trump a Japón, Corea del Sur, China y Vietnam, fue reiterativo en señalar que “cualquier tratado o acuerdo comercial bilateral son bienvenidos, no así los multilaterales”. Así o más claro!
La inminente cancelación del TLCAN no debe asumirse como tragedia, en 25 años ya dió lo que tuvo que dar (en 25 años se consolidó la economía China creciendo al 10-12 por ciento) y al contrario, es una gran oportunidad y alternativa para diversificar nuestro comercio exterior a potenciales mercados con mejor tecnología y capital financiero para volver a la ruta del tornaviaje que hace más de 462 años iniciara Andrés de Urdaneta.
Al final, ni Trump ni nadie es para siempre, y aún con la reelección del estadounidense, 7 años no son nada en la historia por venir, nos servirán para llegar más preparados, con mejores estrategias e infraestructura a nuevos escenarios en el mercado global en el que participamos activamente.
Bien por el acompañamiento del gobernador Héctor Astudillo al proyecto Puerto Unión.
Cómo siempre, usted tiene la mejor opinión.