Hoja verde
Los ciudadanos ya no esperan nada de Evodio
Si algo le cuesta trabajo al alcalde de Acapulco Evodio Velázquez Aguirre es reconocer méritos ajenos, y por el contrario, se los apropia con una facilidad increíble en un afán de culto a la personalidad que revela esa baja autoestima creadora de políticos ávidos del aplauso aunque sea fingido.
En el boletín de prensa 1557 de la Dirección de Comunicación Social del Ayuntamiento de Acapulco se lee el encabezado: “Recupera gobierno de Acapulco festividad del 20 de noviembre”.
La cabeza del boletín revela a un Evodio Velázquez desesperado por hacerse de logros valiéndose de la mentira y sin importar caravanear con sombrero ajeno.
Hay que recordar que el desfile se suspendió durante dos años por falta de garantías, debido al movimiento de los normalistas de Ayotzinapa por la desaparición de sus 43 compañeros, y por el de los maestros en contra de la Reforma Educativa, con los que Evodio Velázquez nunca tuvo interlocución como para pensar en que fue su gobierno el que desactivó las protestas.
De hecho, en Chilpancingo también se desarrolló el desfile sin ningún contratiempo sin que el área de Comunicación de ese municipio se colgara la medallita, ya que es público que es el gobernador Héctor Astudillo Flores quien mediante el diálogo ha disminuido las protestas de ambos movimientos en todo el estado.
Hay que tener memoria. Al gobierno del estado le entregaron las instalaciones de la Secretaría de Educación y el Zócalo capitalino.
El gobierno de Astudillo también logró a finales del año pasado el retiro voluntario del campamento de rechazados de la universidad en La Diana de Acapulco, en la que minutos después Evodio Velázquez se hizo presente para tomarse la foto.
La muestra de que la protesta social ha disminuido en Guerrero es que por primera vez se tuvo un puente sin que ninguna organización amenazara con marchar en la Costera o que tomarán la Autopista del Sol, como sucedía en cada periodo turístico desde hace varios años, y en lo que por supuesto, adelantándonos al oportunismo, nada tuvo que ver Evodio.
En lo que su gobierno sí tiene qué ver, es en dar solución al problema de falta de agua potable en las colonias de la zona poniente que se manifestaron recientemente en la CAPAMA, o en la obra inconclusa que dejó en la calle Río Omitlán del fraccionamiento Cumbres donde un par de socavones ponen en riesgo la vida de 50 familias de ese lugar y de la Unidad Magisterial Pablo Galeana.
Velázquez Aguirre se comprometió ante los vecinos en sesión abierta de Cabildo y solamente les fueron a dejar montones de escombro. Un par de ejemplos entre cientos más, que ha sido incapaz de solucionar.
Al alcalde de Acapulco se le olvida que un comunicado de prensa no puede competir con lo que la ciudad les dice a sus habitantes cuando pasan por las calles minadas por baches, saturadas de basura y que llegan a su casa a bañarse con aire porque no tienen agua, y que ya no esperan nada de él, más que el relevo de su gobierno.
Lo que Evodio debiera recuperar con acciones reales y no con boletines de prensa, es la confianza que ya le perdieron los acapulqueños.
*Quebrada es una columna realizada con aportaciones de los reporteros de Quadratín, previamente verificadas.