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Ricardo Mejía, un peligro para la reelección en Acapulco
La lucha por la alcaldía de Acapulco ya está a todo lo que da. Un indicativo es que la guerra sucia ha comenzado.
La difusión de la supuesta boda en Grecia del diputado Ricardo Mejía Berdeja, así lo indica.
El haber recurrido a meterse en su vida privada y a los argumentos xenofóbicos en su contra, es indicativo de que el coordinador de los diputados de Movimiento Ciudadano en el Congreso del Estado le mueve el tapete y con ganas a algunos personajes que aspiran a gobernar Acapulco y tras el anonimato recurren a las bajezas.
La difusión en redes sociales fue reforzada por los infaltables bots que gente cercana al diputado dice tener muy bien ubicados ya que son las mismas cuentas dedicadas a la defensa del alcalde Evodio Velázquez Aguirre, quienes como es común en el trolleo de Facebook, sembraron improperios a más no poder.
¿Argumentos? No tuvieron. Solamente trataron de sorprender a incautos cibernautas, aunque hay en esa red social mucha gente con preparación académica y bien informada que entiende la separación entre la vida pública y la privada.
Pero además, que tienen muy presente que como es de sobra conocido, los diputados no administran recursos públicos ni tienen acceso a ellos como para “pagar con dinero del pueblo”, como se pretendió propagandizar desde el anonimato.
Algunos profesores investigadores de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro) por ejemplo, ganan y viajan igual que un diputado con su respectivo salario sin que el hecho de que les pague una institución pública por su trabajo represente que lo hacen con el “dinero del pueblo”. Esa es la falacia.
Quienes sí viajan con dinero del pueblo, por ejemplo, son los alcaldes que meten viáticos para ir con cualquier pretexto a Estados Unidos y a Ciudad de México a cada rato. ¿Acaso Evodio Velázquez paga sus vuelos con su quincena?
El legislador desmintió la información con pruebas de que su boda por el civil fue en Acapulco, y que no ha realizado aún la ceremonia religiosa, por lo que parece no haberle dado tanta importancia al golpe bajo que quisieron darle.
Por el contrario, si no pensaba ser candidato a presidente municipal de Acapulco, este ataque le demuestra que ya lo midieron, lo pesaron, y lo consideran de peligro en la contienda política por gobernar este municipio. Al tiempo.