
Guerra de aranceles entre EU y China, una oportundiad para México
Franco desafío al Ejército los 15 asesinados en Guerrero
Que las organizaciones criminales se hayan dado vuelo asesinando personas justo el día que el secretario de la Defensa Nacional visitó Guerrero, es un franco reto.
Los hechos contradicen el discurso oficial de que la violencia es pura percepción, de que va a la baja y de que como en el caso de Acapulco, dijera su alcalde Evodio Velázquez, está en la imaginación de los ciudadanos.
Con la visita de ayer martes del general secretario Salvador Cienfuegos Zepeda, llegaron más tropas castrenses al estado, lo cual no inhibió a los criminales que desde temprano comenzaron a dejar cadáveres tirados, entre éstos, el de un ex regidor de Tixtla.
Mientras tanto en Ciudad de México, el rector de la Universidad Autónoma de México (UNAM), Enrique Luis Grauer Wiechers, señalaba el fracaso de la guerra contra el narcotráfico y la urgencia del cambio de modelo prohibicionista a uno de legalización y control de la distribución en el caso de la marihuana.
En el Congreso de Guerrero los diputados de Movimiento Ciudadano Ricardo Mejía Berdeja y Silvano Blanco Deaquino, daban a conocer que insistirán en su propuesta de legalización de la amapola para fines medicinales ahora con una nueva iniciativa ya que la anterior fue bateada a la Cámara de Diputados y sin dictamen de por medio por legisladores del PRI y del PRD alérgicos a tomar decisiones como los presidentes de las comisiones de Justicia y de Salud, Héctor Vicario Castrejón y Raymundo García Gutiérrez.
Dicen que a grandes males, grandes remedios, pero algunos integrantes de la clase política mantienen una visión parroquialista, doblemoralina y anacrónica que les impide ver con claridad que la situación actual es insostenible para los aterrados ciudadanos que están en medio de las guerras territoriales y la incapacidad del Estado Mexicano en su conjunto para garantizar su seguridad.
Los asesinatos de ayer en plena visita del jefe del Ejército Mexicano, son una clara muestra de que los criminales cada vez le temen menos al Estado, mientras los ciudadanos cada vez temen más por sus vidas, y de una guerra que se insiste en perder en aras del conservadurismo.