El presupuesto es un laberinto
Aumento a la Autopista y el retiro sutil del apoyo a Acapulco
Decía Julio Cortázar que un espejo son todos los espejos. Un aumento de 8 a 9 por ciento es, por donde se le vea, un aumento de 8 a 9 por ciento.
Aunque se mantenga el descuento del 25 por ciento a las casetas de la Autopista del Sol implementado desde el año 2013 como intenta justificar Caminos y Puentes Federales (Capufe), éste ya es de facto una tarifa oficializada por la costumbre y no tiene el mismo efecto que va a causar el incremento.
No es lo mismo restar una cuarta parte a 100 pesos, que restárselos a 108 y a 109. El obvio resultado es una cantidad mayor.
De tal suerte que en el principal mercado de turismo para la temporada decembrina de Acapulco, la Ciudad de México, la percepción será que subió el peaje en la autopista a este puerto, y no la de “¡Hay descuento, qué padre!”
Para saber el impacto del aumento, habría que revisar las encuestas de grado de satisfacción del turista en las que se incluía el porcentaje de turistas repetitivos, mismas que se dejaron de elaborar como tantas otras cosas en el actual gobierno municipal.
La oligarquía que gobierna Acapulco tiene una notoria debilidad por los viajes, pero no por saber qué opina el turista que visita este puerto.
Es tal vez por esa frivolidad que inclina al alcalde Evodio Velázquez a volar de saco y corbata hacia reuniones de su partido y a la foto con personalidades de México y el extranjero en lugar de resolver los grandes problemas de su municipio, que el gobierno federal comienza a retirar de manera sutil el apoyo que le ha venido dando el presidente Enrique Peña Nieto a este puerto con el descuento a la Autopista.
Y es que el resultado de viajes de supuesta promoción turística son dinero público tirado a la basura, o compromisos adquiridos con “amigos” desconocidos sin ningún resultado positivo para Acapulco.
¿Dónde está por ejemplo el turismo de Paris y Montecarlo que dijo haber ido a fomentar antes de tomar posesión del cargo? ¿Quién financió ese viaje para él y sus allegados?
Pero lo más grave es que los síndicos y regidores sean unos turistas en el Cabildo, donde por alguna razón, la mayoría son una masa acrítica sentada en una silla para decirle sí a todo y no cuestionar nada como si fueran subordinados y no autoridades.
Mientras en Acapulco hay violencia, pésimos servicios públicos, un total desorden y mucha simulación. ¿Debería seguir apoyando la federación a un gobierno municipal que se dedica a viajar en vez de atender estos problemas como es su responsabilidad?
El aumento al peaje de la autopista en la puerta de la temporada alta de fin de año puede ser un aviso de que hay que trabajar más, y viajar menos.