Hoja verde
Al Ejército se le agotó la paciencia y no es para menos
A 10 años de que los soldados fueron sacados de sus cuarteles para realizar tareas de seguridad pública que en nada tienen que ver con su espíritu castrense, no ha habido la capacidad de estados y municipios de terminar la depuración, preparación y certificación de cuerpos policiacos capaces de hacer frente al grave problema de violencia e inseguridad que enfrenta el país.
Lo dijo el secretario de la Defensa Nacional, el general Salvador Cienfuegos “no nos sentimos a gusto”. Lo mismo opinan millones de mexicanos, con la diferencia de que no encabezan a las fuerzas armadas ni son parte del gabinete de seguridad.
Si bien desde el actual gobierno y su partido político se critica la guerra contra los cárteles de la droga emprendida por el ex presidente panista Felipe Calderón Hinojosa, la realidad es que Enrique Peña Nieto ha continuado con la militarización de la seguridad pública ante la incapacidad del Estado para combatir la infiltración y la corrupción de los cuerpos policiacos.
El tema de la seguridad dejó de ser un asunto de enfrentamientos entre cárteles por las rutas de trasiego y la vendimia callejera. Ahora es también de cobro de cuotas a los ciudadanos productivos a los que se asesina a la menor negativa de aportar parte del producto de su trabajo a las bandas dedicadas a la extorsión y cobro de piso.
Solamente en Acapulco han cerrado 2 mil 500 negocios durante el presente año, por ese grave problema, sin que ninguna de las estrategias de seguridad aplicadas funcione más que en el discurso oficial y el único que ve que ha disminuido la inseguridad es el alcalde Evodio Velázquez para quien el problema está en la imaginación de los acapulqueños y no en su incapacidad para prevenir el delito.
De ese tamaño es la indolencia y la simulación de algunas de las autoridades que deberían solucionar la parte del problema que les corresponde y que prefieren minimizar, y hasta faltarle al respeto a la sociedad a la que deben resolver.
El Ejército y la Marina han sido fundamentales para que la inseguridad no llegue a niveles aún más altos de los que ya está. Si se retiran ¿Qué será de municipios como Acapulco o Chilpancingo donde aún con su presencia hay asesinatos y extorsiones todos los días?