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ACAPULCO, Gro., 25 de octubre de 2024.- Al cumplirse un año de la devastación del huracán Otis, familiares, compañeros y amigos de marineros fallecidos y desaparecidos llevaron a cabo una misa en su memoria.
La misa la ofició el arzobispo Leopoldo González González en las instalaciones del Club de Yates y con el fondo de unas cuantas embarcaciones y la construcción de un muelle.
En su mensaje, el arzobispo conminó a todas las personas a ponerse en las manos de Dios y mirarse en sus ojos, ya que él sabía dónde estaba cada una de las personas, por lo cual esperaba que eso fuera fuente de libertad y paz en su vida diaria.
“Señor que estén en tus manos y los miramos en tus manos, eso puede ser fuente de paz en su vivir diario, junto a estas súplicas por nuestros hermanos difuntos, miren que nuestros corazones están también en una palabra de gratitud a nuestro Señor”, expresó.
Leopoldo González también oró por todas las personas, grupos, instituciones no gubernamentales, dependencias y diócesis, quienes apoyaron en todo momento al puerto.
Incluso, agradeció también al papa Francisco, quien en esos momentos tuvo presente a los habitantes en sus palabras y oraciones.
Enfundados en un abrazo, con palabras de aliento y con la tristeza que invadía su cuerpo por todas aquellas personas que faltaban, los capitanes y marineros recordaron a sus compañeros, viendo ese mar que hace un año hacía grandes destrozos en Acapulco.
Al final todos regresaron a trabajar en las pocas embarcaciones que están a flote, otros más en alguna reparación para que los dueños puedan volver a navegar.
En la entrada al Club de Yates, también se observaron dos embarcaciones que serán remodeladas o destruidas, ya que los daños han sido graves.