Refuerzan vigilancia con patrullajes nocturnos en Chilpancingo
ACAPULCO, Gro., 28 de febrero de 2020.- Para conmemorar el 40 aniversario de la Escuela Superior de Ciencias Sociales de la Universidad Pueblo de Guerrero, escritores, articulistas e investigadores disertaron sobre el antes y el después de la novela histórica de Carlos Montemayor, Guerra en el Paraíso, que representó un parteaguas gestado en la guerrilla guerrerense y cuyos protagonistas son Lucio Cabañas y Genaro Vázquez.
La mesa de disertación que estuvo moderada por el colaborador de Quadratín Guerrero, Raúl Sendic García Estrada, se desarrolló para conmemorar la vida y obra del escritor chihuahuense a 10 años de su muerte y en ella, participaron los escritores Octavio Augusto Navarrete Gorjón, el también cronista de Atoyac, Víctor Cardona Galindo, así como el investigador de la Universidad Autónoma de Guerrero, Raúl Fernández Gómez.
En su intervención, Navarrete Gorjón sostuvo que “a partir de Guerra en el Paraíso, toda la narrativa posterior tendrá que tomar distancia sin partidarismo e ideologías, para instalar un sólido género literario que seguramente conducirá dentro de algunos años, alguna de las mejores novelas del siglo 21, con temáticas que abarcarán la pasada centuria”.
En el auditorio del Museo Histórico de Acapulco Fuerte de San Diego, Navarrete Gorjón advirtió que estamos ante la realidad de un nuevo modelo:
“El Estado que promociona su represión está en vías de desmantelamiento y, este nuevo poder, necesita una versión de los hechos, que debe construirse con objetividad, pues hay datos que van configurando esa nueva modalidad del régimen, las disculpas públicas, las formas que comienzan a aparecer en los discursos, nuevos personajes como Lucio Cabañas y Genaro Vázquez, ellos ganaron en la narrativa y, la novela histórica ganó como género literario”, destacó en referencia a la transición histórica que representa el derrocamiento del PRI en el gobierno federal y el reconocimiento de figuras icónicas en el período conocido como la guerra sucia.
Advirtió que existen sin embargo, nuevos peligros para la narrativa. “Si antes fueron los testimonios de bandos encontrados, las obras contemporáneas corren el riesgo de convertirse en una justificación histórica de un nuevo poder; es decir que, hay quien sobre los excesos de represiones del viejo poder, cubra con un manto de obscuridad los excesos, divisiones y confrontaciones en el bando de la guerrilla”.
Celebró que por fortuna, el nuevo régimen es producto de un proceso electoral.
El autor de La Noche de los Lagartos, indicó que el peligro sería mayor si el actual régimen hubiese nacido de una revolución violenta, “pero de todas maneras existe el riesgo de que la interpretación de una bandería política, surja como justificación de lo corregido”.
Destacó que habrá plumas y voces que se presten como en todos los regímenes y épocas, a modificar la historia, pues encontrarán la forma de estimular con canonjías, cargos o dinero en efectivo a los que a ellos se presten.
Octavio Navarrete leyó una cita escrita por el historiador argentino Adolfo Atilio Malvagni Gilly:
“La historia, antes concebida por los partidarios del cambio revolucionario, pero principalmente como una crítica al poder existente, vuelve a presentarse como un discurso al nuevo poder establecido; en otras palabras, pierde su carácter crítico y científico, su filo y su fuerza, y queda otra vez sometida a las exigencias políticas del día o de la semana. No hay mejores partidarios que los revolucionarios en el poder”.
Destacó que la novela histórica permite enfocar desde distintos ángulos un fenómeno social y añadió que algunas de estas obras han cambiado la historia en muchas partes del mundo y han contribuido a superar los problemas de la guerra y la crisis humanitaria.
Enseguida, el cronista municipal de Atoyac, Víctor Cardona Galindo, compartió su experiencia respecto a la novela desde las primeras incursiones de Montemayor a la zona serrana de Guerrero, en el poblado Los Piloncillos, donde se registró una masacre de pobladores a manos del Ejército, cuando comenzó la guerrilla tras la fuga de Lucio Cabañas de la cárcel en la década de 1970.
Describió la tranquilidad de los poblados y comunidades de Atoyac hasta la incursión y control del Ejército, lo que despertó hambre y miedo entre los habitantes.
Cardona Galindo, destacó que si bien la obra de Montemayor es un referente importante para la historia regional y nacional, no menciona el miedo que atravesaron los protagonistas durante los enfrentamientos y describe pasajes que muestran personajes casi indestructibles.
Antes, el investigador del Instituto Internacional de Estudios Políticos Avanzados-Ignacio Manuel Altamirano (IIEPA-IMA), Raúl Fernández Gómez mencionó que Guerra en el Paraíso no sólo le mostró un conocimiento microscópico o de la Brigada Campesina por los ajusticiamientos del Partido de los Pobres y su retaguardia social, sino la tragedia y el terror que vivieron las comunidades de Atoyac que fueron reprimidas, castigadas y violentadas por mandos militares y policiacos.
Destacó la investigación que el autor dedicó durante cinco años para realizar entrevistas a personas y sectores afines a la Liga de los Pobres, para lo cual requirió estancias en Atoyac, con recorridos en rutas donde operaron la guerrilla y la contraguerrilla.