Abren convocatoria del programa Movilidad Estudiantil 2024 en Guerrero
ACAPULCO, Gro., 17 de agosto de 2022.- “Soy como un animal alimentándose de todo aquel que pueda alimentarlo”, expresó María Magdalena Díaz Corros víctima sobreviviente de una pipa que se estrelló contra su vehículo el 14 de septiembre de 2020.
En conferencia de prensa en el Zócalo del puerto y acompañada de su esposo César Navarrete Navarrete y su abogado Gabriel Álvarez Cisneros, María Magdalena reprochó la inacción de las autoridades luego de que hace tres días otra pipa que trasladaba diésel, se quedó sin frenos, volcara e incendiara en la avenida Escénica, pues ella y su abogado querían que se regulara el tránsito de vehículos pesados en esa vía.
Reprochó que la jueza unitaria de enjuiciamiento penal de Acapulco, Rubicelia Castro Serrano determinó un pago de 700 mil pesos como reparación integral del daño, monto que representa una tercera parte de los más de dos millones de pesos que ha comprobado en estos casi dos años de gastos por atención médica particular. Advirtió que apelará la sentencia.
Narró, cómo después del accidente y con la necesidad de una nueva operación en una de sus rodillas, su vida cambió porque además de que perdió su independencia, afectó su vida económica, su vida social la distanció físicamente de sus dos hijos, pues tuvo que cambiar su domicilio y aún revive el percance que sufrió.
“Emocionalmente no estoy bien, no puedo hacer algo o atender algo si yo misma no estoy bien. He recibido todas las ofensas que se pueden imaginar. Me lo han recalcado en la cara. En el juicio me dijeron: no tiene derecho a hablar, usted está aquí como testigo. No hay atención a víctimas como dicen, no les interesa nada. Si hay dinero de por medio hay justicia y si no lo hay, eres una más en la estadística”, lamentó.
Comentó que para ella el tiempo se detuvo tras el accidente de 14 de septiembre de 2020 y más aún sin la justicia que exige porque la empresa aseguradora de la empresa Simsa, se ocupó de que el chofer de la pipa no estuviera en la cárcel y a ella la abandonaron en el hospital sin que llegara el pase para su recuperación.
“Vi el desastre, vi las llamas como cuando yo vi la muerte venir sobre mí, era un carro (la pipa que se estampó) 10 veces (más grande) que el mío, con una velocidad… y el chofer, en lugar de tirarse hacia el cerro como lo hizo esta otra persona, giró hacia el otro lado, se fue encima de mí, no pude hacer nada, lo tenía encima”, recordó.