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TEPECOACUILCO, Gro., 1 de noviembre de 2018.- En San Miguel Tecuiciapan, comunidad del municipio de Tepecoacuilco de Trujano, ubicado en la región Centro de Guerrero, celebra el Día de Muertos con costumbres y tradiciones que dan sentido de identidad a su grupo étnico, el nahua.
Esta comunidad enclavada en la zona del río Balsas, celebra a sus muertos como una de las tradiciones con mayor arraigo y vigor. Si bien es cierto que el 1 y 2 de noviembre en todo México se celebra esta tradición, cada región del país tiene algo particular: en esta comunidad destaca el misticismo y religiosidad.
Antes del 31 de octubre, la gente de San Miguel Tecuiciapan se reúne para hacer pan, una parte primordial en las ofrendas. Aquí, el pan que se ofrenda tiene un sabor salado. Otras familias se reúnen para hacer chocolate del cacao.
La gente de este pueblo acude al monte en busca de flores y frutas de la región, como son las guayabas y las ciruelas.
El altar se monta con carrizos de otate y las flores se ofrendan con todo y raíz.
La costumbre es poner todos las cosas que el difunto degustaba en vida, como sucede en casa de Erika Sebastián Aguilar, donde se ofrenda refresco y tequila.
Las tumbas de los difuntos son adornadas con flores y velas, así como imágenes de santos religiosos. La tarde del 31 de octubre, la gente acude al panteón para celebrar una misa y posteriormente organizan una procesión, simbolizando la llegada de los difuntos.
Por las calles de esta comunidad, es común ver a niños que de casa en casa realizan el “tlanexchikujli” en la lengua náhuatl, y que en español se traduce como “colecta”, una donación de panes y frutas que son llevadas a los campaneros de la iglesia y al altar principal de la capilla.
Erika Sebastián Aguilar afirmó que realidades sociales como la migración han modificado algunas costumbres, como el hacer pan, ya que ahora muchas familias prefieren comprarlo en vez de reunirse para elaborarlo.
Lo que resiste y persiste, es el recuerdo de los seres que se adelantaron al morir; muchos de ellos por una picadura de alacrán o por falta de atención médica.
También está la fe, en la que en estas fechas, los seres queridos regresan para compartir la comida del hogar.