Panteón de Huitziltepec, donde familias y sus muertos se reencuentran
Otra vez: Conversación en Bogotá
Con este título bajo mi nombre, se encuentra desde 2009 en Internet el testimonio que publico aquí de nuevo. En otras oportunidades lo subieron los periódicos que publican Satiricosas, así como sitios de la red que se interesan por acontecimientos anteriores a los inmediatos.
¿CÓMO EMPEZÓ COLOMBIA A PRODUCIR COCAÍNA?
Lo vuelvo a publicar a instancias de una amiga colombiana, para que no se olvide la VERDAD HISTÓRICA.
Se están haciendo muchas bolas porque quien organiza el Nuevo Orden Mundial, tiene conceptos muy anticuados de política y cree que los terrícolas aún nos podemos tragar sus viejas y mentirosas historias, destinadas solo a promover ¡los colosales negocios de USA, como la Guerra Fría, la Guerra de las Drogas -que precisamente inventó su gobierno en 1989 cuando se le acabó el negociazo de la Guerra Fría- dicho sea de paso, la intentaría revivir, ayudado por Ucrania, que se daría aires de víctima de los soviéticos , cuando fueron ucranianos dos de los dueños” de la URSS, Kruchev (un poco menos, puesto que nació en la frontera del lado ruso) y el terrible Breshnev, así Stalin fuese georgiano.
Y quien empieza en Afganistán la guerra de las drogas moderna, porque en el siglo 19 la hacían los ingleses introduciendo el opio a China, pues fue nada menos como se ha dicho muchas veces George Bush padre, fenecido en 2018. ¿Es posible que no se recuerde que precisamente USA es el mayor consumidor de drogas del mundo y también el mayor productor? Pero vamos al grano con el texto de referencia.
CONVERSACIÓN EN BOGOTÁ
(De cómo Colombia se volvió productor de drogas, relato de un colombiano de confianza cuando estuve en Bogotá para la presentación de mi libro Memorias de un Delfín):
“Fue allá por el año de 1966, a mitad de la guerra de Vietnam que duró de 1958 o 59 a 1975 y ya no sabían ni qué inventar para pararla…
-Ni con el napalm, intervine, que por cierto produjo la Monsanto, hoy fabricante de transgénicos que ya se engulló campos argentinos, uruguayos y brasileños y que en México va a desaparecer los maíces genuinos para imponer su engendro.
(En septiembre de 2016 la compró la Bayer alemana por 63 mil millones de dólares).
-Bueno, pues le contaba que un día llegaron aquí los gringos a comprar por un pedazo de pan los Llanos Orientales, una planicie de 250 mil kilómetros cuadrados, muy rica, de clima fresquito en que se cultivaba de todo y bien. Ahí junto a la Sierra de la Macarena montaron muy pronto los galerones en donde enseñaron a los agricultores pobres, que no se habían ido por la compra, a hacer cocaína con la hoja de coca, que no es lo mismo ¿sabe?
-Sí, lo sé. En 1991 publiqué un libro sobre la verdad de La Guerra de las Drogas que inventó Richard Cheney, el también inventor de la guerra de Iraq.
-Ah, entonces por eso vino a la Feria del Libro ¿y lo trajo ese libro?
-No, ya le dije que traje uno nuevo que no tiene que ver con esto. Se llama Memorias de un Delfín. Lo presenté ayer viernes en el Pabellón de México o mejor dicho lo presentó muy bien el escritor colombiano Arturo Guerrero. Le estoy agradecida.
Pero mañana me voy y no me quise ir sin conocer la ciudad. Hoy me vine de pinta. Me escapé de oír a un historiador (Krauze) de la TV mexicana hablar pestes de Chávez para agradar al presidente Uribe y a los gringos que van poner más bases aquí. Están encantados con él.
-¿Y a usted no la invitaron a alguna universidad?
-Al principio sí, con el tema de periodismo político y a participar en una mesa redonda, porque vieron mi currículo. Pero luego me dijeron que siempre no e invitaron a una periodista pro gringa, simpatizante (Dresser), para el siguiente fin de semana.
-¡Cuánto lo siento!
-No, yo no. Mire, por una parte los gobiernos de Colombia y de México hoy (era tiempo del ladrón Felipe Calderón) son muy derechistas, ambos al servicio de los gringos. Y no me puedo callar. Les hubiera quizás dicho sus frescas (risas de ambos). Y por otra parte, aunque publico columnas periodísticas en muchos diarios de México, no me interesa de momento el libro político. Ahora estoy impulsando mis novelas, cuentos, relatos de viajes. Pero cuénteme más de Colombia. Hoy que Washington está abriendo sus archivos y “desclasificando” documentos secretos sobre horrores cometidos por los gobiernos de América Latina, a ver si desclasifica también sus propios horrores , como la guerra de las drogas y, como usted contaba, la instalación por ellos mismos de laboratorios para la fabricación en grande de cocaína en Colombia. .
-Pues sí como le cuento, empezó todo en Medellín y Cali en los años 60, dijo seriamente, retomando su experimentada visión de esa historia colombiana. Una vez que compraron baratos los Llanos Orientales, los gringos construyeron aeropuertos. Trajeron mucha maquinaria y transportes terrestres. No tenían ni que ir a Bogotá, ni pasar aduana, ni nada. Aterrizaban directamente en los Llanos. Y empezaron a sacar mucha cocaína para los soldados de Vietnam. Sólo así los controlaban.
-¿Y no les decía nada el gobierno colombiano por los aeropuertos?
-Los tenían tapados con ramas, pero el gobierno estaba de acuerdo seguramente.
Esto me relataba este colombiano, articulado y bien educado -como todos sus compatriotas que conocí en esos breves días- llaman gringos a los gringos, como nosotros. Esperábamos subir al teleférico que lleva a la cima del cerro de Monserrate, junto al cerro de Guadalupe, dos sendas montañas, curiosamente al borde mismo de modernas avenidas, cerrotes cubiertos con variedad de pinos que, según mi interlocutor, fueron importados por Colombia desde el siglo 18. Es admirable la preciosa jardinería y vegetación de todos colores alrededor de la fuente cantarina de la que arranca el carro volador que de la importante altura de la ciudad, alrededor de 2 mil 640 metros, sube por encima de las copas de los árboles otros 500 metros hasta llegar a los 3 mil 130.
-Así fue, suspiró el hombre, ellos empezaron la fabricación de cocaína en Colombia, ellos inventaron a los narcos y ahora resulta que someten a los países que los dejaron entrar.
-¿Y qué piensa, le pregunté de las bases impuestas ahora? Estaba leyendo que muchas familias no están de acuerdo con esa nueva ocupación, porque como en cualquier territorio ocupado los gringos han dejado aquí muchas embarazadas y en la embajada ni las reciben cuando van a quejarse. También oí que en el congreso no dejaron hablar a una chica que a los 14 fue violada por dos soldados gringos y que presentó un legislador de oposición.
-Tendremos bases “colombianas” con aviones, radares, soldados y agentes de la CIA con alta tecnología militar y de espionaje. Y soldados impunes, como en todo el mundo, violando y embarazando a nuestras niñas. Pero la señora Clinton dice que la presencia gringa no será para siempre, que sólo quieren cooperar en el combate contra los terroristas, o sea las FARC, y contra los narcotraficantes. Y es que se acabó su contrato de una base en Ecuador y el presidente Correa no lo renueva (ahora hay un presidente ecuatoriano que se llama Lenin y es totalmente fifí).
Y terminó: El arrodillamiento de nuestro presidente Uribe es muy humillante y peligroso… Y con sus antecedentes del presidente Uribe peor aún… ¿No los conoce?
-He leído algo sobre eso, pero ¿qué tan cierto es?
-Pregunte a la Universidad de Washington.
Me dejó un artículo sobre las bases militares y una copia de Internet de la dicha universidad, fechada en Agosto de 2004, referente al National Security Archive, grupo de investigación no gubernamental con sede en la Universidad de Washington (EU) que decía: “Antiguo senador y actual presidente de Colombia, Sr. Álvaro Uribe, fue enlace y cercano amigo personal de Pablo Escobar”.