Teléfono rojo
Las campañas más caras y feas
Los que hemos vivido muchas elecciones en México estamos de acuerdo en que estos meses de precampañas y campañas han sido los más abominables y vergonzosos, además de caros y encarecedores, porque han causado en la vida diaria precios más altos de los que prevalecían. No hay más que ver la gasolina o ir al super. Aterraron a la gente y han frenado el flujo del dinero “normal” que cada quien produce o producía. Hay una especie de parálisis económica. No sé tú, pero a mí no me pagan los que me deben, te dice la gente. Y no te queda más que preguntar en latín para no verte corriente: Tu quoque?
Eso sin hablar de lo que le ha costado a la ciudadanía el indecente rebumbio partidista de miles de voraces burócratas tratando de atrapar para el futuro un nuevo puesto remunerado por nosotros, los dañados ciudadanos, que producimos algo y pagamos impuestos, a la sombra de una “democracia” a modo como la de México. Aquí una lamentable prueba:
El presupuesto de este año para el INE es el más alto de la historia, en un año electoral: 24,215 millones de pesos para su ejercicio. Este monto es 34.11% más alto que el de 2012, cuando se destinó 15,953 millones y 50.88% más que el de 2006, cuando se entregaron al entonces Instituto Federal Electoral (IFE) 11,892 millones de pesos.
Burócratas que sólo roban
Y desde luego, al cambiar una gran cantidad de puestos el próximo 1º de julio de 2018, éste resulta el más nefasto año de Hidalgo que imaginarse pueda el más indulgente de los ciudadanos.
Ya nadie sonríe tontamente irónico con los funcionarios que se llevan hasta los focos de sus oficinas cuando se van, al popular son de “pendejo el que deje algo”. Pero los burócratas que se van a otros puestos o a su casa porque no ligaron un nuevo puesto desde donde saquear a la población, hacen hoy negocio vendiendo de último momento los puestos que otros dejan libres. En Acapulco según información fidedigna, el saliente alcalde Evodio Velázquez vende a 60 mil pesos los puestos que le han dejado. Él ha sido “castigado” nada más por su partido el PRD que no le dio la posibilidad de reelegirse ni otra en la que guarecerse, como es el caso del ex jefe de gobierno de Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera que le tiraba a la presidencia y se quedó de senador plurinominal, ergo automático del frente tatatata de Ricardo Anaya. ¿De Salinas? Ah, pero Evodio impuso a su mujer como candidata a la nueva alcaldía de tres años que a él le fue denegada. Sus descarados viajes, su deshonestidad constante causaron el repudio y su mujer no tiene ningún chance, pero mientras tanto, cuesta. ¿Qué ley les da el derecho a aferrarse de una u otra manera al presupuesto?
Y desde luego no pagan las deudas en que incurrió el municipio con inversionistas privados, que hemos tenido que soportar la decadencia, el éxodo de miles de negocios por la inseguridad, etc.
El Fobaproa, como muestra
¿Qué podemos esperar en vísperas de elecciones, a sabiendas de que hoy un gobierno tras otro, ya vendieron a extranjeros y/o se embolsaron el país entero, con todos nuestros recursos naturales y lo que a lo largo de décadas menos sórdidas los ciudadanos fuimos construyendo con el sudor de nuestra frente u otros? Nada, no podemos esperar nada de los que se acostumbraron durante tantos años a la “bonhomía” de los mexicanos, por no decir su falta de interés en la política ergo en lo que hacían allá arriba sus gobernantes que ni siquiera conocían ni habían elegido… Y no sólo el gobierno sino los empresarios han vendido todo hasta La Corona, que se sigue haciendo con la escasa agua de México, por cierto, a punto de PRIvatizarse también.
Por tanta indiferencia e ignorancia ciudadana, nos deja el sistema deudas inmensas que por generaciones tendremos que pagar, como la ya vieja del Fobaproa, el rescate bancario para entregar los bancos nacionales endeudados a los extranjeros. Ah, pero los del gobierno no le pagan a la gente sus pensiones vitalicias puesto que las han dilapidado. Menos aún lo que deben de sus contratos.
Los jóvenes no saben a qué se refiere el término Fobaproa que puso en marcha Meade, el padre del hoy candidato presidencial del PRI, para beneficiar a los banqueros originales mexicanos, que arrastraban una deudota y a los políticos tapaderas. ¿Los jóvenes de entre 18 y 35 años que van a votar acaso saben que en vez de nacer con una torta bajo el brazo, nacieron YA con una deuda inmensa que con sus impuestos pagarán toda su vida y heredarán a sus hijos? La fórmula del “ya pasó” aquí no funciona. No se puede hablar en pasado, pues es algo que pagarán los mexicanos durante generaciones.
Fobaproa, muchachos, fue el inicuo rescate por todos de la deuda de unos cuantos. Fue la transformación de una deuda PRIvada en deuda pública. El gobierno de México “rescató” los bancos nacionales para sanearlos y entregarlos a los extranjeros, que hoy en ningún país del mundo ni en sus países de origen, ganan lo que aquí a nuestras costillas. Y ese “rescate a fuerza” llegó a sumas enormes. Como prueba esta nota:
“Hace tiempo que la prensa relegó de sus titulares y los ciudadanos de su memoria una deuda por la que –tan sólo de intereses– se pagarán 35,850 millones de pesos con recursos públicos durante 2017, un monto superior a la suma del presupuesto total para el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y las secretarías de Turismo y Energía. Así, sin bombo ni platillo, el bolsillo de los mexicanos lleva 18 años cargando con una deuda que hasta diciembre de 2016 ascendía a casi 900 mil millones de pesos”, de “Arena Pública”.
El mismo ex presidente Zedillo, hoy refugiado en EU, que nos la endilgó a sabiendas de que era un fraude contra el pueblo mexicano, reveló en el Foro Económico de Davos de 2009 que “el rescate del sistema bancario de México al valor neto de 1995 supuso el 20% del Producto Interno Bruto”.
Una de las razones por las que una capa pudiente de la sociedad odia ¿u odiaba? a AMLO es su libro de 1999 FOBAPROA: Expediente abierto, de Editorial Grijalbo, que expone cómo el PRIAN convirtió en deuda pública la deuda privada que cargaban “un grupo de banqueros y de distinguidos y reconocidos empresarios”, para que cada mexicano aportara unos pesos para salvar a unas cuantas familias ricas de la bancarrota. En ese libro pueden verse los resultados de la auditoria que se le hiciera a Banco Unión, que solventaba los gastos del Partido Revolucionario Institucional. Un tal Carlos Cabal Peniche ¿en qué cárcel o en qué “casa blanca” está? -organizaba el inicuo tinglado.
A lo mejor lo sabe el candidato del PRI pues su papá Dionisio Meade y García de León, aunque no fue el creador directo del Fobaproa SÍ participó en la creación del Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB), para continuar con el Fobaproa.
POR ENÉSIMA VEZ ¡YA BASTA DE PRIAN!