Sin mucho ruido
Toma de posesión AMLO
Hoy, primero de diciembre de 2018, es un día histórico para nuestro país y para la democracia continental. Toma posesión de la Presidencia un mandatario mexicano genuinamente electo por una altísima mayoría de ciudadanos, el primero de julio de 2018. Andrés Manuel López Obrador. Es el único que no fue impuesto por un grupo de poder, sólo por más de 30 millones de mexicanos conscientes.
A raíz de su victoria de julio, sorprendentemente en el Excélsior, un periódico que se volvió de derecha y en el que tienen intereses monetarios los peores antimexicanos conocidos, publicó Arturo Páramo uno de los párrafos más descriptivos del fantástico caminar por el país del presidente electo:
“López Obrador se ha convertido en el político más consistente y relevante del presente siglo en México. Sin ocultarlo, anhela ser reconocido por la historia al lado de Benito Juárez, Francisco I. Madero y Lázaro Cárdenas. Hoy alcanzó algo que aquellos obtuvieron con el apoyo de las armas: la Presidencia. Aunque, en contraste, el tabasqueño la consiguió por una abrumadora mayoría de votos”.
LA FURIA DE LOS PERDEDORES
Durante estos meses entre la inatacable elección y la toma de posesión, los partidos que quedaron borrados del mapa político mexicano, para bien de todos, no han dejado de manifestar su rabia. Y dan risa…
Pero es penoso que sean muchas mujeres panistas las que más “pataleen” en contra de un nuevo sistema de gobierno indispensable en un país sumido en la corrupción y la impotencia, y en la pobreza mayoritaria, pero además en la entrega de todo, en la traición a los valores nacionales.
Y es bastante triste que un nuevo presidentito del renovado “panucho”, pero más anticuado que nunca, aunque su “jefe” tenga 41 años, Marko (con k, ojo), y pretenda enaltecerse trepado sobre ellas.
La inconsistencia de pensamiento de la Derecha mexicana sigue manifestándose: Los panistas están indignados con Paco Ignacio Taibo por la muy mexicana y fea frase al recibir luz verde como director del Fondo de Cultura Económica, pero bien que celebraron a “su” espurio presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, cuando se dudó de su legitimidad y perpetró su célebre “HAIGA SIDO COMO HAIGA SIDO”, dando por hecho el fraude electoral de 2006 que nos impusieron. Las palabras pesan y pasan a la historia. En el caso de un presidente, no se olvidan ni perdonan.
¡EN ARGENTINA Y EN EL G20!
Por otra parte, en el Cono Sur se firmó el nuevo tratado entre tres países de América del Norte. Se cambia el nombre de TLCAN por el de USMCA, que en español se llama T-MEC. Había que hacerlo rápido, rápido, sin oportunidad de opinar.
Molestó la prisa y también la grosería de Trudeau con Peña Nieto al finalizar la ceremonia. Ocupados como estamos los mexicanos con una situación histórica interna de tal trascendencia, consultados a propósito de decisiones inmediatas del próximo gobierno, una vez más y de despedida, no hubo tiempo… para consultarnos.
Ah, pero Juan Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, “nos tranquiliza”, se apresuró a felicitar al presidente Enrique Peña Nieto y a los secretarios de Economía, Ildefonso Guajardo, (conocido por venderle a los japoneses la sal de Guerrero Negro a menos del precio real) y a Luis Videgaray por conseguirle El Águila Azteca, el máximo premio del gobierno de México a extranjeros, al yerno de Donald Trump, Jared Kuschner. Obviamente sin consultarnos.
¿Se trata de asegurarse apoyo, protección de la ley y quizá hasta chamba a posteriori, a nuestras costillas? En 2012, también en la reunión de G20 en Los Cabos, Baja California, el presidente saliente entonces, el espurio Calderón regaló sin consulta alguna a Madame Lagarde, del Fondo Monetario Internacional, nada menos que 10 mil millones de dólares ¡de las reservas de México!
El presidente Andrés Manuel López Obrador, al que deseo hoy merecida felicidad y el mayor de los éxitos a lo largo de su genuino mandato, tiene entre sus múltiples obligaciones, para desfacer entuertos, la de poner en claro la conducta internacional de última hora de los dos últimos gobernantes prianistas en medio de ambas reuniones del G20.