Sin mucho ruido
AMLO, estadista, y Trump, ¿emperador?
En este momento de la historia, así se presentan ante el mundo dos de los presidentes de Norteamérica, aún socios en el TLC y en pláticas reanudatorias del Tratado de Libre Comercio. El mexicano como un estadista, el estadounidense como un autócrata desbocado y convenenciero.
Donald Trump además como un chantajista ególatra vs. México, pues dentro de su país se está jugando la reelección a la presidencia y tiene mucha cola que le pisen allá y una gran oposición para un segundo periodo a la cabeza del país. A lo que hoy acude y llama es a la malsana pasión racista de gringos blancos viejos. A esos no les importa realmente lo que suceda entre Estados Unidos y México, su principal socio comercial por lo pronto. Y menos aún lo que acontezca con sus respectivos pueblos. Pero el pueblo estadounidense es mucho más que los viejos Ku Klux Klanes. Y no deben ser los que decidan nada. Actúa, Trump como un emperador más preocupado por dar gusto a los obsoletos racistas gringos que por el interés de ambos países vecinos y socios.
El 19 de febrero de 2019, la confiable BBC reveló que los fiscales generales de Colorado, Connecticut, Delaware, Hawái, Illinois, Maine, Maryland, Michigan, Minnesota, Nevada, Nueva Jersey, Nuevo México, Nueva York, Oregón, Virginia y por supuesto California, presentaron la necesidad de un bloqueo “a la declaración de emergencia de la administración Trump, la construcción no autorizada del muro fronterizo y cualquier desvío ilegal de fondos del Congreso”.
TERCER PAÍS SEGURO
Para salirse con la suya y no tener que ocuparse de la cantidad de centroamericanos que huyen de sus respectivos países por graves razones, Trump desenterró el concepto de “Tercer País Seguro” sobre los refugiados ¡nada menos que de mitad del siglo pasado! Surge de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados que se firmó en Ginebra, Suiza, en 1951.
“…cuando una persona abandona su país para solicitar asilo en otro, este segundo país puede negarse a recibirlo y remitirlo a un tercero que considere que puede darle las mismas atenciones. Según la Convención de Ginebra, hay unas condiciones mínimas que un país debe cumplir para ser ‘tercer país’. La principal es garantizar que los solicitantes de asilo no van a ser retornados a su país de origen, que se respeta el principio de ‘no devolución’”. Pero hay más: el derecho a la vivienda, seguridad social, servicios médicos, empleo y educación, el derecho a la reunificación familiar, y que los solicitantes tengan un protector o un pariente en ese tercer país.
México desde luego no tiene esas condiciones y menos en un momento en que el nuevo gobierno apenas está recuperando al país del inicuo saqueo neoliberal que sufrió por parte de los gobiernos salinistas desde hace 36 años. En la conferencia mañanera del 7 de junio, el presidente López Obrador dijo que habían hablado previamente Trump y él del problema que representa para todos el fenómeno mundial de migración masiva, que habían quedado que sólo atacándolo de raíz podrían irlo solucionando para bien de todos. Al parecer Trump estuvo de acuerdo y debía invertir alrededor de 5 mil millones de dólares en Centroamérica para remediar la situación expulsora de gente a la brevedad y a fondo, sobre todo en Honduras, pues los hondureños son los migrantes mayoritarios. ¿SE RAJÓ?
Lo absurdo y paradójico de la situación de Honduras, el país que más migrantes expulsa, hasta niños solos, es que fue causada por la enemiga de Trump, Hillary Clinton, cuando era secretaria de Estado de Barack Obama. Honduras estaba funcionando muy bien bajo el presidente Zelaya, al que Hillary tumbó mediante un golpe de estado promovido por ella porque era “de izquierda”. LO QUE SUCEDE HOY ES QUE TRUMP NO ENVIÓ, COMO HABÍA QUEDADO, NI EL PRIMER DÓLAR PARA CENTROAMÉRICA. ¿Se rajó?
LA MAÑANERA Y “AY NANITA”
Veo y escucho en materia de política internacional varios programas extranjeros por obvias razones. Pero en cambio pocos informativos made in Mexico en TV y radio. A mi amigo Ricardo Rocha lo escucho desde siempre, pero el viernes 7 del presente, en combinación con mister Money, Luis Enrique Mercado, diciendo “ay nanita” por la canallada de Trump… me dio vergüenza. No te rajes, Ricardo, aunque te hayan puesto en la lista. No es el momento. Y es que “los conozco, mosco”. Comprendo que les haya quitado el rating La Mañanera de López Obrador, que no me pierdo. Bien, que hable despacio el presidente porque no es cualquier cosa lo que tiene que decir (aunque debería evitar el “ESTEEE…”). Los mexicanos estamos tomando posesión de nuestro país y conociéndolo a fondo día a día. Ya crecimos. Bien también que los secretarios amplíen la información. Renuevo mi voto por AMLO y estaré en Tijuana… aunque no físicamente. México no será nunca el brutal “portero de Trump”. Es la esperanza de una Latinoamérica con la cabeza en alto.