Despliegan dispositivo de seguridad en Olinalá tras quema de 2 hombres
Domingo soleado
El domingo pasado 27 de agosto fue la asamblea de la UPOEG que dirige Bruno Plácido y tuve la oportunidad de estar presente por segunda vez en un evento de las policías comunitarias de Guerrero. Llegaron en camionetas de campo o pick-up abiertas y sentados con fusiles pequeños a la vista decenas de policías del pueblo, de diversos municipios. Los narcos tienen grandes y sofisticadas armas de uso exclusivo del Ejército que les venden los gringos. Nada que ver con la “información” de Milenio para desacreditar este tipo de reuniones de supuestos vehículos de lujo y bla, bla, bla, gubernamental.
Pero más alto que ninguno con uniforme militar y arma importante un guardia estatal, según me dijo, cuida a Plácido. De parte de quien, le pregunté pero por supuesto no obtuve respuesta clara. ¿Será por instrucciones de la ONU como escuché decir?
No me arrepentí de haber aceptado la invitación, para ver, escuchar, sentir como es la gente a la que el gobierno – que no sabe ni puede ni quiere cumplir con sus obligaciones en seguridad – tiene en la mira y desacredita a más no poder. Asegura que las policías comunitarias están aliadas a los malosos de todo tipo, entre ellos los narcos. Plausiblemente, es al revés.
Fue interesante y hasta sorprendente, escuchar a los oradores de una agrupación na-tu-ral y po-pu-lar, expresarse como lo hicieron varios además del jefe citado Bruno. Los oradores, como se dice “gente sencilla del campo”, pero politizada, conocedora de su entorno sí, y harta también, fueron mucho más convincentes que los funcionarios formales en semejante circunstancia.
La reunión se dio en una cancha de basquetbol en la comunidad de Tecomate de Pesquería, municipio de San Marcos. Se trataba de la Asamblea estatal de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG) para conformar el Consejo de Autoridades Civiles y Agrarias Estatal y para legalizar, legitimar y regular el buen funcionamiento del sistema de Seguridad comunitaria y dar seguimiento a la agenda de las mesas de trabajo. Se aprobó por unanimidad la voluntad de dialogar y buscar alianzas con municipios indígenas de otros estados de la República para promover la libre determinación y defender la elección por sistema normativo propio de Usos y Costumbres.
La población mexicana está ya lejos de estar “en babia” como hace años y por desgracia como lo están sectores que se sienten superiores porque tienen lana, la vida más fácil y creen ser la “mamá de Tarzán”, como decimos los de mi generación, porque al pobre Tarzán ya sólo se le recuerda en Los Flamingos en Acapulco, donde vivió y a lo mejor comió el rico pozole del establecimiento.
La gente está harta de la incapacidad del gobierno, de la falta de atención, de la injusticia social, de la mala fe gubernamental, además de la falsedad EN LOS TRES NIVELES DE GOBIERNO, pero a la par quiere mantener su lucha en paz y con inteligencia. Estas huestes de Bruno Plácido no se parecen para nada a las que van a recibir una torta y un refresco con su credencial en la mano para votar por el que le digan los funcionarios que por tan poco la compran. Esta gente entiende que hay que arreglar cuando menos la región en la que vive, trabaja y se desarrolla. Ese es el verdadero patriotismo y si todos los ciudadanos pensaran así, otro gallo nos cantaría.
Hay naturalmente innumerables dificultades para los que quieren tomar en sus manos la seguridad general que el gobierno no garantiza-enfrentamientos con otras asociaciones similares o rivales (cuando no montadas por el propio gobierno), exigencias de desarme de los funcionarios, sospecha constante, mala vibra de algunos diarios, etc. Claro que no le conviene al gobierno tener que gobernar a mexicano como estos, con la cabeza en alto y no cejan en su afán de desacreditarlos. Ya no son “la clase humilde”, son “la clase brava y digna”. Felicidades.
CDMX Y LOS UBER.
A veces hay que venir a esta bien que mal amada capital. Hace tiempo que la gente prefiere los muy buenos autobuses por razones tanto económicas como de comodidad. Pero el problema, ya expuesto aquí, para ciertos pasajeros es un virus del aire acondicionado que te enferma por semanas. ¿Por qué no desinfectan los ductos con frecuencia? Esta vez volé en una pequeña línea aérea AEROMAR en la que creo haber sido la primera y única pasajera entre Toluca y Acapulco hace 30 años, en 1987. Excelentes y cómodos aviones franceses que volaban entonces entre las islas de la Polinesia. Quién sabe a cuál ricote de los conocidos políticos pertenecerá ahora, pero es un vuelo estupendo.
En el trayecto, como siempre, platiqué con el chofer de taxi de su tema predilecto pues los taxistas son grandes receptores y difusores de información tangible: La desleal competencia de los UBER que ya están siendo expulsados de muchas ciudades en todo el mundo y muy disímbolas, estadunidenses como Portland, Oregon, el estado de Nevada, Las Vegas, y en Asia, Tailandia, la capital de India, Nueva Delhi, Vietnam. París, Bruselas, Madrid y Barcelona, en Alemania, en Italia, Sidney, Australia, entre otros.
En México, me dijo el chofer, abusan y no pagan ninguno de los gastos que nos imponen a nosotros, en el aeropuerto, por ejemplo, ni rentas, ni están sometidos a la regulación. Y es que muchos funcionarios y diputados son dueños de cientos de Uber y hacen el gran negocio, empezando por altos funcionarios. No es la primera vez que uno de esos informantes me asegura que el propio Jefe de Gobierno, Mancera, posee trescientos coches que le trabajan como protegidos UBER.
En Tabasco y Yucatán tienen una forma aparentemente más justa. Los dueños de coches pueden ayudarse con Uber siempre y cuando sean ellos los que los trabajen. El gran dinero de UBER se va a Estados Unidos, los dueños de la idea, que por cierto cambian con frecuencia. Y son conocidos los fraudes bancarios a través del concepto UBER. Lo supe en carne propia con Santander.