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ACAPULCO, Gro., 5 de abril de 2020.- Un inusual Domingo de Ramos marcado por la emergencia sanitaria debido a la pandemia de Covid 19, se vive en el Zócalo de este puerto, afuera de la Catedral Nuestra Señora de la Soledad, donde sólo hay dos vendedores de las tradicionales palmitas.
En un recorrido por Quadratín Guerrero, se constató que en el callejón Francisco Madero, donde habitualmente se llena de vendedores, esta vez luce vacío, mientras que en la plancha del Zócalo, sólo hay dos vendedores con sus familias.
En entrevista, uno de los comerciantes originario de Zitlala, José Luis Carmona dijo que este año no pudieron venir más vendedores debido a la pandemia, pues aparte de que consideraron que no habría ventas, la falta de transporte los aquejaba y el seguir las recomendaciones de las autoridades.
No obstante, dijo que comparado con otros años, este Domingo de Ramos fue benéfico para él y sus tres familiares con los que viajó, ya que ante la falta de comerciantes sus ventas aumentaron.
Dijo que hasta el momento, ninguna autoridad se ha acercado para prohibirles vender o para darles recomendaciones por la pandemia.
Por su parte, Alan Mendoza, de Iztapalapa, Ciudad de México, dijo que la emergencia sanitaria no ha sido impedimento y decidió venir a vender sus artículos al puerto.
También indicó que al no tener más competencia, se ha visto beneficiado en sus ventas, las cuales hasta ahora han sido pocas, pero no ha dejado de vender entre los pocos católicos que acuden a la Catedral.
En la Catedral no se han hecho misas, pocas personas llegan para bendecir sus palmas y para orar.
También, hay pocos vendedores ambulantes, entre ellos los de venta de comida, elotes, esquites y plátanos machos.