
Hoja verde
Magnífica noticia para los burócratas y sus familias.
Más de cuatro millones de empleados federales, estatales y municipales -algo así como 20 millones de mexicanos- afiliados al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales al Servicio del Estado (ISSSTE).
No serán incrementadas sus aportaciones para garantizar los servicios médicos y prestaciones de ese organismo creado para darles protección plena bajo la protección del Estado.
Es una historia muy larga, pero tratemos de sintetizar:
La nueva dirección del ISSSTE en esta administración, a cargo de Martí Batres, busca recursos para capitalizar y hacer sostenible la institución luego de muchos años de exacción y abandono.
Para ello ideó algo muy simple: incrementar las cuotas a los trabajadores del Estado a fin de garantizar el abasto de medicamentos y hacer mejoras en hospitales, clínicas y en el aparato administrativo.
La primera voz de crítica y oposición fue del secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Alfonso Cepeda, como narramos aquí en su momento.
VENIA PRESIDENCIAL
A esta protesta siguieron muchas voces.
Pero sobre todo, la decisión de la presidenta Claudia Sheinbaum de recibir al dirigente magisterial y escuchar sus argumentos para entender razones y estudios actuariales.
Aceptó.
A continuación ordenó establecer mesas de diálogo con muchas bandas, entre otras el propio Martí Batres, el secretario de Educación Pública, Mario Delgado, y por supuesto el secretario de Hacienda, en aquel tiempo Rogelio Ramírez de la O y hoy Edgar Amador Zamora.
Ya está acordado:
No se afectará con un solo centavo al personal de servicio a cualquiera de los tres niveles de gobierno -federal, estatales y municipales- con trabajadores afiliados al ISSSTE.
Tal vez avance la reforma en algunos aspectos adicionales, lo cual está bajo revisión exhaustiva, pero sin afectar el ingreso de maestros, personal de oficina y hasta barrenderos en la Ciudad de México y otros lugares.
Lo veremos plasmados en la iniciativa corregida.
SIN RAMIREZ DE LA O
1.- Se fue y no hubo sobresaltos.
Pero, como lo leyó usted aquí -De esta mesa yo me levanto… y Ramírez de la O se fue-, el es secretario habló con las cúpulas de organismos financieros internacionales -el Departamento del Tesoro, el FMI, el Banco Mundial, el BID- para calmar mercados.
Ya está el resultado: no hay turbulencias ni en el mercado de cambios ni en planes de inversiones y ni en la confianza pese a la amenaza de Donald Trump de atacar el mundo y en especial a México con aranceles.
Antes de irse Ramírez de la O logró mucho más: mantener el respaldo de la iniciativa privada mexicana con el CCE de Francisco Cervantes de cúpula y en especial del sector bancario para evitar especulaciones.
Informó de todo a su sucesor Edgar Amador Zmora y por eso todo sigue en calma, mientras el subsecretario de Ingresos, Carlos Lerma, sigue de enlace del gobierno federal con el ex secretario.
Y 2.- hay un dato interesante:
Pocos dudan de la permanencia de Amador Zamora y hasta hablan de Luz Elena González Escobar como eventual sucesora.
Ella está contenta en la Secretaría de Energía, al grado de haber habilitado el piso 16 del edificio central con gimnasio y otros servicios spa para placidez propia y de sus colaboradores cercanos.
Antes ahí estaban la sala de juntas y el espacio para videoconferencias.