
Desaparición forzada
· Más complacencias a Trump: agua, capos…
· Revisión integral de diplomacia y comercio
· Bajo nivel histórico de la presa La Amistad
Se tardó.
Pero Claudia Sheinbaum ya confirmó oficialmente lo señalado aquí desde hace semanas sobre el caos en el cuerpo diplomático de México.
La vista, hemos señalado, está focalizada en Estados Unidos por varias razones -migración, narcotráfico, comercio y el tormentoso Donald Trump-, pero el aspecto es general.
¿Por qué se llegó a esta situación?
No hay explicación formal de Palacio Nacional ni del secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, de quien depende todo el cuerpo diplomático y el trato con el mundo.
Si el gobierno nacional comenzó en octubre pasado y desde entonces se conocían las amenazas del magnate, debieron adelantarse muchas medidas para prevenir y defender.
Máxime cuando el propio canciller visitó cuatro consulados estadunidenses y el embajador Esteban Moctezuma elaboró una estrategia de protección migratoria y contrató más de 300 abogados.
Ni así se apresuraron cambios sustantivos, para empezar con la sustitución de los cónsules ineficientes… y había materia desde noviembre porque se tuvo el plan de relevar a 30 de los 53.
NARCOS EN ESPERA
Este tema se retoma por una simple razón:
Ayer en la conferencia tempranera la presidenta Claudia Sheinbaum habló una vez más de la evaluación en curso a toda la red consular y prometió proceder pronto a los ajustes.
Hay varias ideas, pero la principal gira en el propósito de reducir gastos mediante el cierre de varias legaciones a fin de ahorrar rentas, choferes, personal administrativo y por supuesto titulares.
Todo esto pasa por tener recursos mínimos porque muchos empleados todavía esperan regularización de salarios, gastos de representación y otros viáticos desembolsados en varios meses.
Hay otro vicio: si la misión de los cónsules es atender a mexicanos en su jurisdicción, documentados o no, ¿para qué contratan abogados porque es rehuir sus obligaciones?
Pero la decisión político/administrativa está por tomarse e irá acompañada de otras medidas a fin de complacer a Donald Trump y evitar daños arancelarios mayores o, peor, cancelación del T-MEC.
Por un lado se reforzará la entrega de capos mexicanos –“una mega expulsión” de 40, adelanta el periodista británico Ioan Grillo– solicitados por Estados Unidos, tarea coordinada en el gabinete de seguridad por el secretario Omar García Harfuch.
Y lo urgente para evitar daños a la planta productiva está a cargo del secretario de Comercio, Marcelo Ebrard, quien esta semana intentará avanzar en entendimientos favorables para México.
AGUA A MEXICANOS
Ya salió el primer brinco.
Los acuerdos se cumplen y el gobierno mexicano está en la mejor disposición de entregar agua a Estados Unidos.
Lo ha dicho Claudia Sheinbaum y lo sabe Donald Trump porque se lo comunicó, pero aquí entra la racionalidad: si hay suficiente.
Acicateado por el gobernador Greg Abbott, el morador de la Casa Blanca la utiliza como arma para amagar con más aranceles.
Se atenderá el pedido, pero no a costa de la sed de los mexicanos, han pedido el alcalde de Ciudad Acuña, Emilio de Hoyos, y el gobernador Manolo Jiménez.
Esa urbe fronteriza coahuilense se surte de la presa La Amistad, actualmente en su nivel más bajo de la historia: 12.7 por ciento de su capacidad.
Sin embargo, la extracción aumentó el domingo de 18 a 120 metros cúbicos por segundo.