Teléfono rojo
Marcelo Ebrard pasó de ser proveedor a dependiente de Andrés Manuel López Obrador.
Comencemos la historia de complicidad nacida en los tiempos de Carlos Salinas de Gortari.
Como secretario de Gobierno del Distrito Federal (GDF), Ebrard era el enlace de su jefe y amigo Manuel Camacho Solís para atender a cuerpo de rey al tabasqueño y sus huestes.
Otros intermediarios fueron Manuel Aguilera Gómez cuando sucedió a Ebrard en la Secretaría General y el director de Gobierno, Manuel Fuentes Bove.
Sus manifestantes llegaban en vehículo o por tierra en los llamados éxodos y se posesionaban de la Plaza de la Constitución, donde recibían gran cantidad de atenciones.
-Tenemos que acostumbrarnos a estas expresiones -decía Camacho Solís desde la ventana de su despacho mientras les llegaban a los tabasqueños mantas, cobijas y alientos presuntamente oficiales.
En aquellos tiempos, último decenio de siglo pasado, todavía operaba el restaurante Prendes en el centro y desde ahí enviaban tortas y algunos platillos especiales.
AQUEL GIRO A LA IZQUIERDA
Todo cambió con Ernesto Zedillo.
Hubo impulso desde el gobierno federal a Andrés Manuel López Obrador y a sus movimientos contra Roberto Madrazo, mas no tolerancia hacia Manuel Camacho.
El choque fue público y el ex jefe de gobierno y fracasado negociador de la paz en Chiapas se fue a la disidencia y, previo paso por un partido nonato legalmente, se alió al tabasqueño.
Lo siguió Marcelo Ebrard.
Como diputado federal entre 1997 y 2000, el ahora canciller reforzó su relación con López Obrador, con quien hizo campaña para el GDF en 2000.
-¿Vas a ser secretario de Gobierno? -le pregunté entonces.
-Ya fui. Colaboraré con Andrés pero desde otras posiciones.
En 2002 lo mandó a la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) y, cosas de la política, una desgracia lo aupó como precandidato a jefe de Gobierno.
Fue el 24 de noviembre de 2004 en San Juan Ixtayopan, Tláhuac, cuando el país vio en vivo el linchamiento de policías federales sin intervención policiaca.
-Claro que actuamos, pero no podíamos hacer otra cosa -justificó Ebrard luego de ser cesado por Vicente Fox.
Hoy como canciller de nuevo un incidente, esta vez una presión extranjera, lo proyecta como un personaje poderoso.
Ante un gabinete carente de figuras, el debilitamiento de la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum -la favorita de ya saben quién- y grillas palaciegas, Ebrard se fortalece como prendido presidencial.
Sólo ya saben quién decidirá qué hacer con él.
LA FSTSE RETA AL GOBIERNO
1.- Joel Ayala reta a Andrés Manuel López Obrador.
La Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FTSE) ha rechazado el aumento de uno a tres por ciento ofrecido por el gobierno a quienes menos ganan y pide cumplir compromisos.
Un desafío exigir diálogo y acuerdos mutuos, bilaterales entre trabajadores y Hacienda cuando la palabra superior es divina y nadie la contraviene.
Habrá noticias.
Y 2.- donde aparentemente no habrá conflictos es en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).
El dirigente del sindicato, Alfonso Cepeda, presentó el pleito petitorio para revisar el contrato colectivo del trabajo al director Luis Antonio Ramírez.
No son muchas demandas.
Las principales son de ley: atender las necesidades del magisterio, buen servicio a ellos y a sus familias y cubrir las jubilaciones conforme a derecho.