México ante su mayor amenaza
Realmente no es un asunto de dos.
De Enrique Peña y Andrés Manuel López.
Se ha dado durante mucho tiempo.
José López Portillo tuvo en su mismísimo antecesor, Luis Echeverría, el foco de sus venganzas.
Lo mandó de embajador a las Islas Fiji.
Luego hubo otras víctimas como Félix Barra García, ex secretario de la Reforma Agraria, para saciar sus ansias de venganza so pretexto de perseguir la corrupción, un mal histórico mexicano.
Después Miguel de la Madrid se fue contra Jorge Díaz Serrano pero luego liberado por Carlos Salinas.
Y Carlos Salinas encontró en Joaquín Hernández Galicia La Quina al hombre de su reivindicación histórica para superar las acusaciones de presidente espurio por el supuesto fraude en contra de Cuauhtémoc Cárdenas en1988.
La secuencia siguió.
Ernesto Zedillo, con la opinión de ministros de la Suprema Corte de Jusrticia de la Nación (SCJN) decidió proceder contra Raúl Salinas de Gortari y lo encerró por su supuesta participación en el crimen de José Francisco Ruiz Massieu.
El sistema priísta se cimbraba.
DUARTE ANTE LA LIBERTAD
Con los panistas hubo un espacio en blanco.
No actuaron con la virulencia de los priístas y por lo tanto no hay víctimas de su arbitrariedad o del uso de la ley desde poder para venganza política, a pesar del Pemexgate, donde estaban centrados los dirigentes petroleros Carlos Romero Deschamps y Ricardo Peralta.
Pero Enrique Peña Nieto revivió el uso del garrote judicial para reforzar su Presidencia.
Encarceló a Elba Esther Gordillo, lideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), aunque en las negociaciones con el lópezobradorismo incluyó la liberación de La Maestra y por supuesto su exoneración total.
Al final trocó esas animadversiones con la persecución de ex gobernadores priístas por corrupción, a cuya generación pertenecen los Duarte, el chihuahuense César Horacio y el veracruzano Javier.
Oh, Javier Duarte.
Un político con nexos directos con Andrés Manuel López Obrador y hoy al punto de de libertad, la exoneración total, la liberación de sus bienes y tal vez hasta el histórico ‘usted perdone’ cuando no se pueden acreditar sus delitos.
Ah, pero van otros a la cárcel.
En primer lugar el ex presidente Vicente Fox por evasión.
Para qué dar tantos nombres: ya está en la cárcel el abogado de priístas prominentes, Juan Collado, y la larga lista futura se abre con Emilio Lozoya y su familia y por Carlos Romero Deschamps y su familia.
Y si el país entra en crisis, agregue usted nombre y no se sorprenda si, muy cerca de las elecciones del 2021, se procederá contra Enrique Peña.
Tome sus apuntes desde hoy.
ALLÁ BC Y SU BONILLAZO
Jaime Bonilla ha saltado el primer obstáculo judicial y está seguro de gobernar 5 años Baja California aunque los ciudadanos hayan votado nada más por dos.
Promete respetar la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
-Si ella dice nada más diez meses, me quedaré solamente diez meses en la gubernatura –sostiene.
Pero ve la cara de ignorancia de los bajacalifornianos:
-Ellos no sabían por cuánto tiempo votaban. Ello sabían que votaban por mí y por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Su perspectiva no es mala: dos ministros propuestos por su amigo Andrés Manuel López Obrador, Yasmin Esquivel Bossa y Juan Luis González Alcántara Carrancá rechazaron por “notoria improcedencia” las controversias de Tijuana y Mexicali.
Haga sus apuestas: el rechazo social y de los juristas no es guía de la SCJN.