Sin mucho ruido
La lucha es dura.
A veces cruenta, podría decirse en términos políticos.
Pero todos los miembros del gabinete, del legal y el ampliado, quieren ser los principales consejeros del presidente de la República y luchan por ella en su ámbito y a su manera.
Unos comenzaron arriba, pero otros han ascendido.
Aquellos han caído, pero estos se han reubicado.
Y ahí van unos y otros, en espera de las bendiciones y del beneficio del dios sexenal y sobre todo del reconocimiento de quienes se han formado en la larga lista de la nueva transformación.
Pero no todos tienen lugar.
Al menos no por ahora.
Los hay muy amigos y ellos no caerán de la gracia, sobre todo quienes tienen parcelas encomendadas para el futuro promisorio cuando luche el bien sobre el “los nostálgicos del neoliberalismo”.
En esas parcelas están personas como Octavio Romero Oropeza, director de Petróleos Mexicanos (Pemex), y el general Audomaro Martínez, a cargo de la inteligencia.
Por entidades hay nombres: Ciudad de México (Claudia Sheinbaum), Tabasco (Adán Augusto López), Chiapas (Rutilio Escandón), Veracruz (Cuitláhuac García) y muy pronto Puebla (Miguel Barbosa) y Baja California (Jaime Bonilla).
LOS CINCO ELEGIDOS
Pero en Palacio Nacional no son ellos los políticos de peso.
Acá son otros.
Obvio, al frente está Beatriz Gutiérrez Müller por razones por todos entendidas.
Le siguen, en ese u otro orden, el director jurídico de la Presidencia de la República, Julio Scherer Ibarra, posición meritoria porque muchos van contra él pero no lo vencen.
Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores cuyo trabajo no está en duda y es reconocido hasta por Donald Trump.
Santiago Nieto, el jefe de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) a cuya acción Andrés Manuel López Obrador ha apostado la limpieza de lavado de dinero y corrupción.
Zoé Robledo, con derecho de picaporte como subsecretario de Gobernación pero no tan lejano como director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Y por supuesto el secretario articular Alejandro Esquer, de trabajo discreto pero para el cual hay todas las complacencias de su jefe.
Al grado de usar los vehículos a su nombre y guardar en los cajones de su escritorio datos fundamentales como la primera renuncia a ir por la reelección u otros documentos personales.
OJOS SOBRE SINALOA
1.- Vaya si es sorpresa.
Andrés Manuel Lópe Obrador sacó a Sinaloa del llamado top ten de estados violentos.
Según los reportes llegados a Palacio Nacional, el estado bajo el mando de Quirino Ordaz ha disminuido en 33 por ciento la estadística de homicidios violentos.
A ese número se suman otros: 28 por ciento de baja en el robo de autos y 11 por ciento menos en feminicidios, asunto relevante porque en otros lugares van al alza.
Y 2.- a punto de asumir la gubernatura de Puebla, Miguel Barbosa ya tiene su primer cambio.
La sorpresa la dio el doctor Guillermo Cruz Argüelles, quien declinó ante el mandatario estatal electo ser el próximo secretario de Salud.
Nada para alarmar.
Barbosa asumió el cambio y de inmediato optó por Manuel Huerta Martínez,, quien asumirá ese cargo y se cierra una pinza.
El fue le encargado de elaborar el Plan Estatal de Salud Pública en campaña y se le considera poseedor de la radiografía de Puebla.