Sin mucho ruido
Las comunidades intelectual y universitaria están entusiasmadas.
Ven en Ana Laura Magaloni la oportunidad de oxigenar a la Suprema Corte de Justicia de la Nacional (SCJN) con una persona de profesionalismo probado.
Magnífica oportunidad de revertir la imagen dañada con designaciones cuestionables como la ministra Yasmín Esquivel Mossa y a Juan Luis González Alcántara Carrancá.
Ellos son, quién lo duda, incondicionales de quien los promovió desde Palacio Nacional para ocupar los lugares dejados por Margarita Luna Ramos y José Ramón Cosío.
Con toda la carga de influencia del Poder Ejecutivo, no causaron tan mala impresión como la de hace dos semanas la imposición de María del Rosario Piedra Ibarra al frente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
Un perfil al gusto y línea dictada por ya saben quién: una persona no académica ni medallas profesionales pero víctima indirecta de la violación de las garantías fundamentales.
Los senadores de Morena y afines, bien coordinados por Ricardo Monreal, interpretaron la instrucción y ya está en Periférico Sur para satisfacer al patrón.
El precio moral es consecuencia.
TODO QUEDA EN FAMILIA
La nueva oportunidad es distinta.
El acoso al ex ministro Eduardo Medina Mora por sus cuestionables cuentas y calidad moral obligó a su renuncia y viene el momento de su sustitución.
Hay tres mujeres escogidas.
Por orden de posibilidades:
Margarita Ríos-Farjat, presidenta del Sistema de Administración Tributaria (SAT), el brazo persecutorio -con o sin razón- para los opositores del gobierno actual.
Diana Alvarez Maury es también subordinada del Poder Ejecutivo desde la subsecretaria de Gobernación, con Olga Sánchez Cordero, y por lo tanto de plena confianza de quien manda en el país.
Y al final la lista y de las opciones está la mujer tan reconocida por profesionales del derecho, de académicos, de universitarios y de amplios sectores interesados en las leyes.
Ella es Ana Laura Magaloni.
Mucho debería pasar para verla en una poltrona de la Sala Superior del llamado máximo tribunal del Poder Judicial.
Porque la orden superior, muuuyyy superior, favorece a la actual titular del SAT, Margarita Ríos-Farjat.
Ya hasta hay candidata a sucederla: Rosalinda López Hernández, segunda en el SAT y si es hermana del gobernador de Tabasco, Adán Augusto López, y esposa del de Chiapas, Rutilio Escandón, no es por casualidad.
MIKEL, MEADE, CORDERO…
1.- No dio resultado una alianza de ex funcionarios del gobierno del panista Felipe Calderón y el priísta de Enrique Peña.
José Antonio Meade, José Antonio González Anaya, Ernesto Cordero y Mikel Arriola intentaron formar un despacho de asesoría financiera nacional e internacional.
Algo falló en el camino porque ahora siguen coordinados en muchos asuntos, pero no lo harán unidos legalmente.
En adición, Mikel Arriola participó en un diagnóstico sobre el sistema de salud de México y pronto lo difundirá la Academia de Ciencias de Estados Unidos.
Habrá sorpresas.
Y 2.- vaya noticia. Cuando todo mundo reniega del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el gobernador de San Luis Potosí, Juan Manuel Carreras, se integra a su Comisión Política y lo difunde.
Pronto habrá nuevas incorporaciones promovidas por el dirigente Alejandro Moreno, Alito.