En el juego
Hoy habrá un actor ausente.
Donald Trump no estará en Palacio Nacional, pero sin su amenazante participación hubiera sido difícil la esperada reunión.
Casi una treintena -se habla de 28 exactamente- miembros de la familia LeBarón estarán en la sede del Poder Ejecutivo.
Acudirán con su dolor y con su furia a reclamar justicia por el crimen múltiple en su contra en Bavispe, tierra por cierto, del secretario Seguridad y Protección Ciudadana.
Ahí nació Alfonso Durazo Montaño, un nombre ausente en la escandalosa masacre de mormones, pero sobre todo mexicanos/estadounidenses.
Y si están reconocidos como ciudadanos de Estados Unidos, tienen pleno derecho a invocar la protección de su gobierno.
-No a pedir la intervención de Estados Unidos en México -aclaró ayer Julián LeBarón, uno de los dos jerarcas supervivientes de sucesivos ataques del crimen organizado.
No reclaman intervención, insistió, pero sí apoyo porque el gobierno mexicano no ha podido en el pasado y no puede en el presente con la inseguridad.
DIÁLOGO EN LA INTIMIDAD
Será una reunión privada.
Es el deseo del ocupante de Palacio Nacional.
Dijo cuando aceptó recibirlos y luego de rechazar todo diálogo alguno con el poeta Javier Sicilia, cabeza del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad.
-¡Qué flojera! -le dieron el portazo en Palacio.
Pero, ¿a qué van los LeBarón?
He aquí un avance del anfitrión:
“Lo único que les voy a pedir y no tengo nada qué ocultar, les vamos a pedir que vengan los familiares… Vamos a presentarles toda la información que tenemos…”.
Lo más importante:
“Que vengan en la intimidad. Si pueden evitar, que vengan dirigentes que luego ocupan los casos políticos. No sería lo más conveniente”.
Así se pretende evitar la recepción de Donald Trump en la Casa Blanca y tal vez así se amortigüe el efecto declaratorio de terroristas a los cárteles mexicanos.
Esto sí no está en el script del gobierno mexicano.
Y tampoco está el cambio de estrategia para someter a los criminales, según escuchamos ayer en la Plaza de la Constitución.
VOZ SIN ECO NI RESPUESTA
1.- Será difícil saber los efectos de este encuentro, pese a su trascendencia para el país.
Todos necesitamos información, pero el acuerdo de partes favorece el silencio de una y otra parte.
Si se da en la intimidad como lo pidió ya saben quién, la comunidad liderada por Adrián y Julián LeBarón no podrán informar lo sucedido en privado.
Pero si ellos cumplen su promesa, se limitarán a escuchar y de esa manera no preguntarán, no cuestionarán las investigaciones, no demandarán el cambio de la política de abrazos, no balazos.
Malo para un sociedad demandante de acciones y no tolerancia contra el crimen organizado, hoy re posicionado en territorios de donde parecía extirpado.
Acaso el mejor ejemplo sea el norte de Tamaulipas -y en concreto Nuevo Laredo-, población aterrorizada caso como nunca antes.
Y 2.- aquí anunciamos la semana pasada la creación de la Sala Constitucional de Ciudad de México.
Ayer rindieron protesta sus integrantes y al frente quedó el magistrado Rafael Guerra y como secretario Mario Ignacio Álvarez Ledesma.