Hoja verde
El cálculo era impecable.
Se daría registro a nuevos partidos para debilitar a los actuales cuyo potencial pudiera representarles cargos de elección.
Sobre todo diputados federales, pues la atención suprema es mantener el control del Congreso de la Unión en la próxima Legislatura.
Había un esquema viable:
Al Partido Acción Nacional (PAN) se le opondría la competencia de México Libre, impulsado por el ex presidente Felipe Calderón y Margarita Zavala.
El panismo es el objetivo principal del régimen, pues si bien está desorganizado y sin liderazgos, la voz de Marko Cortés tiene algún eco.
Al Partido Revolucionario Institucional (PRI) se le debilitaría a través del agrupamiento de Pedro Haces, mas no logró aglutinar a la clase obrera.
Además, la cúpula cetemista representada por Angel Aceves ya tiene diálogo institucional y es vista como aliada del gobierno.
Otros desprendimientos son favorables:
Se fue Joel Ayala Almeida y de esa manera la burocracia y la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE) ya se alejaron del priísmo de Alejandro Moreno.
El Partido de la Revolución Democrática (PRD), todos lo vemos, se desmiembra solo.
EVANGÉLICOS CONSENTIDOS
Quedaba un sector al garete:
Los grupos religiosos en gran medida, sobre todo los evangélicos del sur/sureste, se sienten identificados con el PRI.
A ellos se les amarrará con el Partido Encuentro Solidario (PES), nuevo nombre y viejas mañas de un aliado de este régimen desde 2017, el incondicional Hugo Eric Flores.
O sea, la mesa electoral del 2021 está servida desde un año antes para el oficialista Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
En esas condiciones, solamente resta la actuación de los órganos rectores de las votaciones mexicanas, el Instituto Nacional Electoral (INE) y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Si se ratifica el proyecto del magistrado José Luis Vargas, el Tribunal negará el registro a México Libre y, sin Felipe Calderón ni Margarita Zavala, despejará totalmente la vía.
Y allá la oposición si patalea con un frente sin pies ni cabeza ni identidad ideológica.
FRAUDE AMBIENTAL Y FISCAL
Una empresa supuestamente ecológica engaña aquí, allá y acullá.
Ha obtenido contratos en varios estados y muchos municipios del país para tratar la basura sin tener siquiera registro en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Se llama Tratamiento y Procesamiento de Residuos Sólidos PIMSA y su dueño y gestor de contratos es Diego García Coudurier a través de esa firma y sus múltiples filiales.
Todo avanzaba en Aguascalientes –como San Miguel de Allende, Querétaro, Mérida, Cancún-, pero de repente saltó la alerta: no tiene registro federal como causante.
Las autoridades hacendarias sabrán si acreditan el delito de defraudación fiscal y las ambientales de daños a la naturaleza por lanzar gases al aire y dañar los mantos freáticos.
Por denuncias periodísticas se suspendió el contrato en Aguascalientes y la investigación en curso pone en entredicho el papel de la alcaldesa Teresa Jiménez.
Otra ironía: el proyecto del relleno sanitario de San Nicolás fue aprobado por el Congreso del estado a propuesta del diputado Sergio Augusto López Ramírez… ¡del Partido Verde Ecologista de México (PVEM)!
-Nada tiene qué ver en esto el gobierno del estado. Todo fue a través del Ayuntamiento de Aguascalientes –me dijo el secretario de Medio Ambiente, Julio Medina, durante la investigación.
¿Lo sabrán los ediles de otros lados donde Juan García Coudurier tiene contratos hablan pomposamente de tratamiento industrial y con alta tecnología de la basura?