Médula
Sólo en México puede pasar esto:
Ir a elecciones y tener órganos acéfalos o incompletos.
Ya lo sabemos:
El ex titular de la Fiscalía para la Atención de Delitos Electorales (Fepade), Santiago Nieto, se metió en camisa de once varas y pagó con su destitución.
Se fue a la calle y se lleva una serie de procesos en contra a los cuales deberá responder con prestancia jurídica porque, de lo contrario, puede parar en la cárcel.
Pero no es el único caso.
Le resumo la información:
-En estos momentos faltan 18 magistrados locales y su importancia es toral porque 30 estados tendrán votaciones concurrentes en junio de 2018.
-También está incompleta con sólo dos magistrados de los tres necesarios la Sala Regional de la Ciudad de Mexico, un órgano federal especializado en propaganda.
A muchos les parecerá de poca importancia carecer de 19 magistrados, pero se agrega a la tardanza en el nombramiento de otros altos funcionarios.
Tres fiscales son de trascendental importancia:
La vacante dejada por el protagonismo de Nieto.
El Fiscal General de la Nación, al cual estaba predestinado por ley el ex procurador Raúl Cervantes pero quien renunció al encontrar la campaña en contra liderada por el panista Ricardo Anaya.
Y la Fiscalía Anticorrupción.
SIN JUECES PARA LA PROPAGANDA
La Fepade parecía un organismo sin trascendencia.
Jamás fue motivo de escándalo.
Inclusive la actual secretaria de la Función Pública, Arely Gómez, pasó por ahí sin llamar la atención.
Pero Santiago Nieto fue polémico desde su designación por sus ligas con el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y por haber ocultado sus asesorías al ex coordinador senatorial Miguel Barbosa.
Pero más amarillistas fueron sus declaraciones, hasta llegar al involucramiento de Emilio Lozoya, a quien acusó de haberlo amenazado si no lo declaraba inocente en torno a las investigaciones abiertas por supuestas ligas con Odebrecht.
La fiscalía podrá quedarse con encargados, pero no es lo mismo.
Su designación es responsabilidad del Senado de la República y se requiere consenso de las fracciones de todos los partidos para ganarse el respeto y esperar una actuación imparcial durante las próximas campañas.
Los ojos de la nación están puestos ahí.
Pero no es de baja monta tener una sala incompleta, la regional de la Ciudad de México, con solamente dos magistrados:, Héctor Romero Bolaños y Armando Ismael Maitret Hernández.
Su función es vigilar la propaganda y ¿qué pasaría si hay un voto a favor y otro en contra?
La parálisis.
Problema adicional es la polarización en el Senado de la República, donde deben designarse los magistrados.
No se ve cómo lo resuelvan de inmediato.
EL TRISTE ANTECEDENTE DEL TRIFE
Muchos dirán: ¿qué importa tener órganos electorales incompletos, si antes los hubo?
Cierto: la misma Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) estuvo así en el proceso intermedio del 2015 cuando solamente hubo seis magistrados porque no se designó suplente del magistrado Alejandro Luna Ramos.
Hoy el asunto es: ¿se vale ir a la elección de presidente de la república, varias gubernaturas, el Congreso de la Unión y congresos estatales sin órganos electorales?
Situación propia de un país bananero.