Propuestas y Soluciones
Paseo por la República III
En la noche se apagan las luces de mañana y no hay lumbrera que permita divisar la encarnación de las esperanzas, solamente los anhelos alumbran la oscuridad.
Pero el filósofo hace de las noches una palabra en que las esperanzas se acomodan y proyectan la perfección. Las ideas se vuelven reales, al menos, en el mundo de una proyección. Para él, lo real está en las Ideas; lo demás es efímero, imperfecto.
Sólo los vulgares se regodean en la burla de lo inalcanzable. Es lo inalcanzable el motor y el faro que alumbra el sentido.
La República no tiene cabida en la inmediatez ni en la rigidez de la soberbia de quien sobrevive al mundo y no le interesa construirlo.
Me miro en los diálogos de Sócrates y no me queda más que guardar silencio intentando insertar en mi desesperanza esa luz que enciende quien no se queda anclado en el presente y se aventura al anhelo.
“… es por esa razón, Glaucón, que la música será parte principal de la educación. Porque el número y la armonía se apoderarán del alma haciendo penetrar en su fondo la gracia y lo bello…” (La República, libro III)