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ZIRÁNDARO, Gro., 15 de diciembre de 2020.- La violencia y la pandemia de Covid 19 han provocado que más de mil niños de ocho comunidades de este municipio vean truncada su educación básica en casi dos ciclos escolares. En 2019, grupos delictivos expulsaron a 3 mil 100 familias de poblaciones de Zirándaro; este 2020, el coronavirus limita las clases presenciales y ya cobró la vida de una maestra.
El municipio de Zirándaro es vecino directo del estado de Michoacán; sus fronteras se localizan a unos kilómetros de la cabecera y algunas comunidades, por lo que comparten territorios.
A finales de 2019, los grupos delictivos La Familia Michoacana y el Cártel Jalisco Nueva Generación protagonizaron enfrentamientos armados por la disputa del corredor Tierra Caliente-Costa Grande, lo que provocó el desplazamiento de 3 mil 100 familias de las comunidades San Rafael, Los Alacranes, Los Cimientos, Cuajilote, Santa Teresa, Las Guacamayas, Guayameo, La Piedra, El Limoncito, La Barranca y El Guajolote.
A un año de estos hechos y con un municipio aparentemente sin violencia, algunas familias han retornado a sus hogares. Los más afectados son los niños, quienes en noviembre del año pasado tuvieron que dejar la escuela para salvar su vida, y ahora que han regresado, sólo reciben clases presenciales durante dos horas, cada 15 días, ante la alerta sanitaria causada por el coronavirus.
El caso más trágico es en la comunidad de Los Cimientos, donde la maestra Blanca, quien era encargada de los seis grupos y dirección de la escuela primaria 5 Mayo, murió a causa del Covid.
La última vez que la docente acudió a la comunidad fue en agosto para iniciar el ciclo escolar 2020-2021, con apenas 11 niños que habían regresado a la población.
La profesora de 33 años de edad, originaria de Chilpancingo, acordó con los padres de familia, acudir a Los Cimientos cada 15 días para ofrecer clases presenciales a los niños, ante la falta de internet y dispositivos móviles.
Dos meses después, a los habitantes se les comunicó que la maestra no regresaría porque falleció de Covid. Ahora, Los Cimientos espera que la Secretaría de Educación Pública les envíe un sustituto.
En Los Alacranes, la escuela general Lázaro Cárdenas atiende a ocho niños que reciben clases presenciales cada 15 días. La institución tiene una sola maestra desde hace más de seis años. El año pasado, la matricula era de 16 niños; tres de ellos egresaron, ocho volvieron y los demás ya no regresarán a la comunidad.
En San Rafael, donde en noviembre de 2019 surgió un grupo de autodefensa para hacer frente a los grupos delictivos, los docentes no han regresado desde esa fecha. En esta localidad, más de 50 familias tuvieron que emigrar y ahora, poco a poco regresan.
La escuela primaria Guadalupe Victoria de San Rafael está completamente abandonada, sucia y deteriorada. Los 15 niños que han retornado, aprenden en casa con sus padres y gastan alrededor de 50 pesos diarios en la compra de fichas de internet satelital.
La única esperanza de fuente de ingreso para los pobladores de estas comunidades de la Sierra de Zirándaro es vender su cosecha de maíz, que el gobierno federal les paga de cinco a seis pesos el kilo.