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EDUARDO NERI, Gro., 2 de febrero de 2025.- El obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández señaló que ante la cultura de muerte, la Iglesia seguirá apelando al diálogo sin distingo entre gobierno o miembros del crimen organizado, pues la Iglesia convoca a todas las personas, sean criminales o gobernantes.
Aclaró que las mediaciones a las que ha convocado entre grupos del crimen organizado para pactar treguas, no son perfectas pero poco a poco se pueden mejorar, pues no hay preparación eclesiástica para ello.
Tras las declaraciones del secretario de Seguridad Pública federal, Omar García Harfuch durante la Plenaria de Morena el pasado 31 de enero en CDMX, que aseguraba que cualquier tipo de diálogo con organizaciones criminales son un espejismo y siempre sale mal, el obispo comentó que “es un gobierno distinto al de la Iglesia”.
“Son dos gobiernos distintos. Ellos tienen su propio gobierno y la Iglesia tiene también su gobierno. Es decir, nosotros tenemos un mandato de ir a las gentes y también ir con los pecadores. Si el crimen es pecador a ellos hay que ir”, argumentó cuando se le preguntó su opinión sobre lo que el secretario federal dijo.
En entrevista este domingo luego de la consagración de la capilla de la virgen de La Candelaria en la comunidad Puente Sur Balsas, dijo: “el secretario (Omar García Harfuch) es nuestro hermano, los crímenes organizados son nuestros hermanos. ¿Cómo reconciliarnos? porque ni modo que nos matemos y al contrario, cómo hacer que disminuyan las muertes”.
Destacó que antes de ver las diferencias, se debe partir de todo lo que une para recuperar la paz, cada quien desde sus trincheras.
“Sabemos que muchos nos contradicen pero habría que ver la parte que nos une y sería bueno unir las fuerzas y nos diéramos la paz. En la Iglesia queremos aprender a abrirnos y a dialogar. Ya tenemos diálogos con el gobierno federal desde la firma de la Presidenta (Claudia) Sheinbaum (que) se comprometió a seguir con los diálogos por la paz y así queremos con los estados”, expresó.
Añadió que gracias a los diálogos de paz, hay un acercamiento al corazón de todas las personas sin importar raza, credo, condición social y estado en que se encuentre.
“La Iglesia sale a todos y sobre todo a los más alejados. Y si los hermanos que cometen delitos están alejados; buscarles y ofrecerles, no imponerles la paz. La reconciliación, la conversión de una manera pacífica, sin armas, sin odios, sin distanciamiento y por el contrario, buscar la unidad”, indicó.
Este día de la virgen de La Candelaria, el arzobispo visitó Puente Sur Balsas, un poblado que cuenta con 105 habitantes y donde encabezó el ritual para consagrar la iglesia dedicada a esa virgen.
A su llegada, recorrió en procesión junto a danzantes y feligreses, las calles del pueblo.
Posteriormente ordeñó dos vacas para preparar un pajarete, bebida a base de leche bronca a la que se añade cacao y alcohol de caña.
En seguida, recibió las llaves del templo católico y encabezo la primera misa que dio paso a la confirmación de 35 niños y niñas.
Luego de casi tres horas de ritual, bendijo a quienes se lo pedían y salió de la nueva iglesia para sumarse en una de las danzas que celebraban el día de la señora de las candelas en el pequeño atrio.