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ATENANGO, Gro., 20 de septiembre de 2017.- En Atenango del Río nunca se había sentido un temblor como el del martes, que tuvo una magnitud de 7.1 grados en la escala de Richter pero que de acuerdo con Maximina Castro Calixto, se sintió más fuerte que el de 1985, que ocurrió hace exactamente hace 32 años.
La señora Castro dijo que confía en la ayuda divina y en la de las autoridades, ya que tras el terremoto se cayó la cocina de su casa y parte de la sala, por lo que mejor se fue a un refugio.
De igual manera, Viviana de la Luz, con lágrimas en los ojos, contó a Quadratín Guerrero los momentos de angustia y zozobra que vivió durante el terremoto.
Sus hijos se habían ido a trabajar y ella y sus nueras se encontraban cocinando para sus nietos cuando comenzó a cimbrarse la tierra, pero afortunadamente lograron salir de su vivienda, se hincaron y rezaron.
Las mujeres son apenas dos de los más de 500 damnificados en Atenango, municipio de la región Norte de Guerrero que se encuentra a sólo una hora de Axochiapan, Morelos, lugar del epicentro, y que el gobernador Héctor Astudillo Flores declaró como el más afectado por el sismo que ya cobró cuatro víctimas en la entidad.
En el refugio temporal de Atenango reinan el silencio y la tristeza. Ahí se encuentran decenas de familias que perdieron sus casas.
Sin embargo, se observa que la gente se anima una a otra para mantener la esperanza de que el pueblo recobre su alegría y vuelva a ser una comunidad que en algún momento trataba de sobrevivir a través de la siembra de maíz y el comercio.
De las más de 250 viviendas con afectaciones, unas 50 colapsaron. Estas fueron ubicadas sólo en la cabecera, por lo que la presidenta municipal Amparo Puente González no descarta que aumente la cifra al concluir el censo en las 12 comunidades que conforman el municipio.