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APAXTLA, Gro., 29 de enero de 2023.- En los pueblos San Felipe del Ocote, Tlanipatlán y Liberaltepec de este municipio la vida y actividad cotidiana se detuvo en 2016. Las viviendas de estos pueblos permanecen completamente vacías, sin gente: los habitantes abandonaron sus hogares ante la falta de seguridad y por temor de ser asesinados por sicarios del grupo delictivo La Familia Michoacana.
Estos tres pueblos ubicados en la parte serrana de Apaxtla son vecinos, se ubican en línea después de pasar el poblado de Oxtotitlá, comunidad que pertenece a Teloloapan. En enero de 2016, más de 52 familias, aproximadamente 700 personas de San Felipe del Ocote, Tlanipatlán y Liberaltepec salieron de sus casas y hasta la fecha no han retornado.
A los pobladores de estas comunidades, las autoridades de los tres órdenes los dejaron en el olvido y a su suerte. Ahora, estos pueblos permanecen abandonados. Las brechas de terrecería que comunican a San Felipe del Ocote, el más lejano, se han convertido en caminos inaccesibles, por la maleza crecida y deslaves de cerros que han dejado el paso de las lluvias.
Durante un recorrido que hizo Quadratín, se pudo comprobar que las pocas personas que se quedaron en Liberaltepec viven con miedo y siempre alertas ante cualquier vehículo que llega a la comunidad.
Los pobladores de esta comunidad intentan seguir su vida dentro de sus viviendas, siempre con sigilo y desconfianza.
En Tlanipatlán, el pueblo que quedó en medio de la disputa de dos grupos delictivos que aún pelean el territorio, no se encontró a ninguna persona. En este pueblo, la mayoría de las casas construidas de adobe y algunas edificadas con material de cemento permanecen abandonadas, con las puertas y ventanas abiertas, algunas con huellas de incendios.
San Felipe del Ocotote se ubica en la parte más alta de la sierra de Apaxtla. En esta comunidad se encuentra totalmente vacía. Las viviendas, la escuela primaria y una secundaria, la iglesia, la choza que era casa de salud, permanecen con puertas y ventanas abiertas, en su interior nada de valor, todo fue saqueado.
La fachada de la comisaría de San Felipe aún conserva los más de 100 impactos de bala tras ataques armados que ahí se registraron.
En patios de las casas e incluso en las calles se observaron estufas y refrigeradores abandonados, oxidados que las familias decidieron dejar. También se apreciaron algunos vehículos viejos y llenos de maleza.
Este pueblo se quedó sin nadie. Se tiene información que las familias de estas tres comunidades se refugiaron en Teloloapan, donde el pasado 8 de enero protestaron en la carretera para exigir garantías de retorno a sus hogares. Otras familias se mudaron a otros municipios, incluso fuera de Guerrero y no piensan regresar a sus pueblos.