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ACAPULCO, Gro., 1 de octubre de 2014.- La Arquidiócesis de Acapulco se solidarizó con los estudiantes de la escuela normal de Ayotzinapa e insistió en que los jóvenes necesitan ser atendidos para brindarles mejores oportunidades.
A través de un comunicado, la Iglesia Católica hace un llamado a la sociedad entera para extremar esfuerzos relacionados con la atención de los jóvenes.
“No podemos seguir siendo espectadores, es necesaria la colaboración entre todos los sectores de la sociedad y las autoridades para detener esta avalancha de violencia que nos está dejando daños humanos y sociales de grandes proporciones”, continúa el comunicado.
Asimismo, hace un llamado a las autoridades para desactivar las causas de la violencia y para aclarar los casos de tres sacerdotes guerrerenses asesinados por el crimen organizado.
Se trata del sacerdote Ascensión Acuña Osorio, levantado el día 21 de septiembre de la casa parroquial en la Parroquia de San Miguel Arcángel de San Miguel Totolapan y encontrado muerto dos días después en las aguas del Río Balsas; así como el Padre Habacuc Hernández Benítez, asesinado junto con dos jóvenes que le acompañaban en su ministerio sacerdotal en Arcelia, de la misma diócesis, el día 13 de junio de 2009; y del Padre John Ssenyondo, de nacionalidad ugandesa, quien servía en la diócesis de Chilpancingo Chilapa, fue desaparecido el día 30 de abril, sin que hasta la fecha se tenga noticia de él.
“Estas historias se suman a otras muchas historias más de hombres y mujeres guerrerenses que han sido alcanzados por alguna de las formas de violencia generada por el crimen organizado”, puntualiza en el comunicado.