Balean a un hombre en la colonia Cumbres de Figueroa de Acapulco
CUETZALA, Gro. 16 de diciembre de 2014.- Habitantes del municipio guerrerense de Cuetzala reconocieron que los integrantes del cártel de los Guerreros Unidos obligaron a los lugareños a participar en la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Iguala.
Y es que según El Universal, los miembros de la delincuencia organizada forzaron a por lo menos 12 comuneros de punto conocido como Chilacachapa a colaborar y prestar su ayuda a la Policía local, quienes le aseguraron que estaban siendo “atacados” por un grupo de estudiantes y por el cártel rival de Los Rojos, que “iban a hacer una revolución”.
Chilacachapa es una localidad del municipio de Cuetzala, sitiado por los Guerreros Unidos y lugar de escondite de sus miembros (a 37 kilómetros de Iguala y a 15 kilómetros del basurero de Cocula, donde presuntamente ejecutaron e incineraron a los normalistas).
Casi tres meses después de los enfrentamientos entre estudiantes y policías locales, que se saldaron con la muerte de siete personas y la desaparición de los 43 jóvenes, los habitantes de Chilacachapa han relatado como oyeron a los narcotraficantes gritar: “¡Traigan bolsas negras hijos de la chingada!”, a lo que otra voz respondió que se hicieran con unas 50 bolsas.
De hecho, uno de los entrevistados por el diario el Universal asegura que “muchos de los habitantes del pueblo conocen el paradero de los estudiantes y no lo revelan por miedo a represalias”.
“Mis paisanos de aquí saben dónde están, pero si abres el pico… ese es el temor”.
Pero la colaboración forzosa con el cártel iba más allá. Durante más de un año, los habitante del municipio de Chilacachapa fueron los responsables de la vigilancia por turnos de los puntos de entrada a la localidad para que los Guerreros Unidos pudieran actuar libremente.
En ese sentido, El Universal informa que, aunque las fuerzas federales tomaron el control de Iguala tras demostrase que la Policía local tenía vínculos y relaciones con los Guerreros Unidos, “ellos están aquí, no se han ido, siguen escondiéndose en el pueblo”.
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